Mordaza
(Artículo publicado el jueves, 9 de abril, en diarios de EPI PRESS)
En Millennium, el programa que emite La 2
los lunes a las tantas de la madrugada y que presenta con una calma antigua,
clásica, Ramón Colom, trató hace
unos días, tal como aquí comentamos, el periodismo en los tiempos del Twitter,
y de Facebook u otras redes sociales, añadiría yo. Digo esto porque remoloneé
con la abrupta despedida de Jesús
Cintora de Mediaset, donde presentaba Las
mañanas de Cuatro, como negándome a la evidencia de relacionar una cosa –su
vehemente periodismo- con la otra –las presiones del PP, que se siente
agraviado-. Dicen que las fotos de Margallo
en los toros el día de los atentados en Túnez fue la gota que llenó el vaso al
Gobierno. Pero la entrevista con Rafael
Hernando, bronco portavoz parlamentario del PP, cuando Ana Pastor dimitió, anunciaba tormenta. En su día no la vi. Pero
alguno de mis contactos en Facebook la colgó en el muro.
Son 6 minutos de
intensidad televisiva, de asco político, de hallazgos nauseabundos de lo que es
el poder. El vídeo está hecho con la cámara de un móvil ante la pantalla de la
tele, es decir, que alguien, oliéndose el pastel, empezó a grabar poco después
de que el periodista diera paso a la conexión en directo con el portavoz
parlamentario. Lo que se ve y se oye no es para que te lo cuenten sino para
verlo como ciudadano, que de repente se siente ofendido, agraviado con estos
políticos chulescos que ejercen un matonismo periodístico que indica lo que se
ha de preguntar o descartar, y cómo hay que hacerlo para que el Gobierno no sufra
mucho. Cintora está en la calle. La ley mordaza del PP no es una broma.
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