Intercambio
sin sentido
(Artículo publicado el domingo, 28 de octubre, en diarios del grupo EPI PRESS)
A ver, ¿cómo
duerme tu chico?, pregunta él. Pues a pata ancha, responde ella. No, digo que
si… Ah, ya, le gusta dormir sin nada. La escena sucede después de ver cómo un
maromo de cuerpo de acero se mete en la cama donde está a punto de meterse otra
mujer que no es su chica habitual sino el “intercambio”, y cómo la chica, para
evitar roces con el cabestro al aire del “desconocido”, pone un muro de
contención en mitad del colchón formado con cojines. El que duerme en bolas es
de Almería, tiene 34 años, y se llama Miguel.
Su pareja, que duerme con otro en otro lugar, es Joana, de Vitoria, y tiene 31 años. Luego está Mónica, de Orihuela, 33 años, la de los cojines, que cree que sí,
que es posible la amistad profunda entre hombres y mujeres, sí, salta el de
Almería desde el sofá, “profunda porque te la mete hasta dentro”. Mira, rebate
Mónica, mis compañeros de trabajo son todos chicos. Y qué, responde el semental
de la árida tierra almeriense, ¿has probado a ponerte en pompa? Es el nivel. Así
podría seguir un buen rato. Sólo es necesario estar atento a Intercambio consentido, que emite Antena
3 la noche del lunes. Y de verdad que no sé por qué, para qué, para quién. El
programa es un batiburrillo de programas, siendo Cuatro la maestra. Es una
especie de corta y pega que suena a visto. A Antena 3 le costará trabajo hacer
feligresía estable con estas chuminadas. Quien consume este tipo de formatos,
de albóndigas industriales, de comida para perros, tiene el diente más retorcido
que un tertuliano del mundo rosa, que apenas sabe dónde hincarlo ahora. ¿Hay
mundo rosa en la televisión? Se dice que Sálvame,
que tiene una pizca de todo, ocupa ese lugar para dar cuenta de los mundos
creados por Mediaset, que hace de ellos un cóctel bárbaro, un Armagedón, un
mundo en llamas dominado por bestias salidas del infierno de Telecinco. Antena
3 lo intenta de nuevo, intenta crear sus propios infiernos, sus propias mierdas.
Y volverá a fracasar.
Merluza
de atrezzo
El diente
retorcido de los consumidores de este tipo de productos, del corazón o de los
formatos llamados de ayuda, de citas de pareja, de busca de pareja, de parejas
en apuros, de intercambio de familias –como el último invento de Cuatro, Me cambio de apellido, donde la familia
Campillo, pescadores, humildes, vive por unos días en la casa de la familia de
las Leoni, ricachonas, pijas, estultas y relamidas-, los consumidores de estos
productos –de First dates a ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, de Casados a primera vista a Granjero busca esposa-
están de vuelta y se lo saben todo. Intercambio
consentido cuenta con un siquiatra, Iñaki
Vázquez, y una entrenadora, una guía, una asesora –que no, que no me sale
escribir coach-, Covadonga Pérez,
que se supone estudian y dictaminan lo que pasa en la pareja en apuros para
necesitar distanciarse e irse a vivir aventuras con otros hombres, con otras
mujeres a ver si en la distancia se recupera lo perdido. Ocho parejas se
intercambian para vivir con alguien desconocido a ver si el estímulo revitaliza
la relación o la hunde del todo. Ahí está la oferta. Pruébenla. En estos casos
siempre me pregunto lo mismo. ¿Yo haría eso? ¿Yo me dejaría guiar por un grupo
de guionistas que está trabajando como el que trabaja en la mina, en una
zapatería, o en un programa de intercambio de parejas? Creo que no. De hecho,
las parejas de Intercambio consentido
tienen menos frescura que una merluza de atrezzo.
Casado
y Aznar
El que de verdad
ha hecho un cambio con sentido, con auténtico sentido, es el terrible José Antonio Sánchez, que salió de RTVE
como los humanos del paraíso, perseguido por espadas flamígeras, y ha sentado
su culo gordo en la COPE, que el cielo lo tenga barriendo guano de murciélago. La
mano derecha de Rajoy en la tele
pública es ahora la mano derecha del Señor en la radio de los curas. Recordemos
que el obrero dijo sin que el partido que hoy lidera Pablo “Aznarín” Casado reventara por el descaro, que él era votante
del PP y que al dejar su cargo de mamporrero en RTVE sería “de agradecer que el
PP me busque un puestecito”. Y ya lo tiene a pesar de que la ley de regulación
de altos cargos lo prohíbe. Y qué me dicen del intercambio sin sentido con más
sentido de la televisión de los últimos meses. Que resulta que Paolo Vasile, en sus noches de pesadilla
por darle carrete a los hormonados de Mujeres
y hombres quitándolo de Telecinco y llevándoselo a Cuatro, no sólo hundió
el derrengado programa de chonis en acción sino que hundió a la invisibilidad
más opaca a Emma García, que apenas
nadie ve aferrada a su pene inalámbrico sentada en las gradas de semejante
estupidez. ¿Y qué? Pues que Paolo no para de hacer perrerías. Que le ha
ordenado a Toñi Moreno, Viva la vida, que haga el petate, deje
el programa de las tardes del fin de semana en Telecinco, y se vaya a torear a
estos becerros que buscan fama clínex a Cuatro. Pobre Toñi. Ni TVE se libra de
los intercambios. Ana Ibáñez –Telediario matinal de La 1, programas en
el 24 Horas- y Diego Losada –La tarde en 24 horas- pasan de
informativos a España directo. ¿Y su
titular, el andaluz triunfador Roberto
Leal? Pues deja el programa que le dio la guita y la fama como reportero -¿lo
recuerdan haciendo roscos en el aire con los dedos para remachar que el guiso
de esa tarde estaba estupendo?- y se queda como estrella de grandes eventos,
como Operación Triunfo. Y otro
intercambio, con mucho sentido debido a su programación especial, el que tendrá
lugar el martes en la parrilla de Antena 3. Juanra Bonet dejará el timón de ¡Boom!
a Arturo Valls, que a su vez dejará el
de Ahora
caigo en manos de Jorge Fernández,
que pasará el testigo de La ruleta de la
suerte a Juanra. Pero nada de lo dicho tiene la enjundia del intercambio
consentido y con sentido entre el pimpollo Casado
y el carlancón Aznar, que declaran sus
amores en cuanto pueden. Yo que sus esposas, Isabel Torres y Ana Botella,
estaba llamando a Intercambio consentido
a ver si sus matrimonios tienen arreglo.
La guinda
¿Medio
república?
Después de una
promoción a la altura de su importancia, después de siete estúpidos años en el
cajón, arrestada y con olor a censura, la nueva TVE iba a machacar la emisión
de los capítulos que aún quedaban por emitir de 14 de abril. La república –Félix
Gómez, Alejo Sauras, Verónica Sánchez, Lucía Jiménez-
enviándola a las madrugadas del sábado. Ante el revuelo, vuelve la sensatez. Mejor
así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario