Campeones
(Artículo publicado el martes, 23 de octubre, en diarios del grupo EPI PRESS)
A tomar por culo
Donald Trump, decía uno de los
chicos con los que Salvados volvió en
su nueva temporada a La Sexta, y aseguro que lo hizo con un brío de meada de
potro, como escribía García Márquez
para referirse a la juvenil vitalidad de un personaje. No recuerdo en cuál de
sus novelas, pero en una está esa imagen de una potencia atronadora que ahora
me sirve para hablar del programa de Jordi
Évole. Suave, con delicadeza de abuela, sin paternalismos, con naturalidad,
Jordi habló con los protagonistas de la peli Campeones de Javier Fesser,
todos con discapacidad intelectual, y sin embargo con una claridad de ideas
extraordinaria. Los bancos son unos ratas, claro que el Gobierno les salvó la
vida, y claro que me pareció muy mal porque ese dinero se debería de haber
usado en pensiones, carreteras, hospitales, escuelas, dice Julio con aplomo.
La historia del
sueño y el intento de Stefan de
volar para sentirse un avión –con papeles y con bolsas a modo de alas-, fue
tierna y hermosa. Hubo otros momentos así, emocionantes sin ser dramáticos ni
lacrimógenos, y de denuncia sin cargar las tintas en una sociedad a la que se
suele culpabilizar por la forma de tratar a estos chicos y chicas, que sí, que
hay aún cosas que corregir, pero este Salvados
no iba por ahí. Hubo una curiosidad que me recordó, como dos gotas de agua,
a la sorpresa final de Distintos,
cortometraje producido por Asindown Valencia y dirigido por Josevi García Herrero. Como en Distintos, Salvados –ay, copiones- contó con Alejandro Sanz. El amor, el futuro, la política, los miedos, el
trabajo, la autonomía personal pasaron durante la hora del programa con la
elegancia y el tratamiento visual de un formato impecable.
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