miércoles, 3 de agosto de 2016

Maldeojos. Lo sabía



Lo sabía
(Artículo publicado el martes, 19 de julio, en diarios de EPI PRESS)

     Lo dije, lo tengo escrito. No soy un lince, pero creo tener sensibilidad, y no sólo en el chocho, como decía el personaje de Kiti Mánver al de Verónica Forqué en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Sabía que Trabajo temporal, que estrenó la tele pública hace dos semanas, iba a provocar desagrado y malestar. Trabajo temporal es un insulto, escribía, una ofensa al trabajo, a los trabajadores. Recordemos que la idea del programa es contar con un famoso, disfrazarlo de algo –albañil, granjero, panadero- y echar unas risas con los apuros del tal tratando de poner ladrillos, ordeñar vacas, u hornear panes. Lo que ocurre es que esos trabajos los hace gente que se gana la vida con ellos, gente a la que le cuesta mucho llegar a fin de mes, o quizá gente que eso de “trabajo temporal” le suena a drama, angustia y miedo porque acabado el contrato de mierda, a la puta calle.

     Así es que cuando una limpiadora ve a Anita Obregón disfrazada de camarera de hotel, la escucha, y ve cómo la actriz, presentadora, modelo, empresaria, bióloga, inventora, guionista, y mentirosa compulsiva se pone sus tacones, se le pega al cuerpo su faldita, y se arrodilla para fregar suelos sin dejar de reír –porque le importa un bledo ese trabajo, porque sabe que ella está ahí actuando-, a la asociación de limpiadoras Las Kellys, que con la ironía de ese nombre luchan por sus derechos, se les torció el morro y tiraron de realidad para reivindicar que el suyo es un trabajo muy serio, de mucha ansiedad, y que nada tiene que ver con la imagen de camareras en tacones y sonrisitas picaronas. O sea, un insulto. TVE debería de no provocar. El trabajo de Trabajo temporal es un festival. La realidad de los contratos y condiciones laborales es una pesadez. Viva la fiesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario