lunes, 15 de agosto de 2016

Maldeojos. Indiferencia



Indiferencia
(Artículo publicado el jueves, 4 de agosto, en diarios de EPI PRESS)

     No sé si es un plan trazado a conciencia, una casualidad, o qué más da, a quién importa lo que quiera que sea. Hablo del hartazgo de la política y sus circunstancias. Salvo casos aislados, los programas de política interesan a unos cuantos, a habas contadas. Creo que nunca antes, por exceso, han cotizado tan bajo. Da igual que la Cid Campeadora del periodismo, doña Pavi Sosa Quintana, volviera unas horas porque este país no podía vivir un día más sin su presencia en su “pograma”, da igual que Cristina Pardo, frente a Al rojo vivo, en La Sexta,  modere la tertulia sin el aparato gestual, y sin el impostado histrionismo periodístico de Antonio García Ferreras, da igual que TVE siga en caída libre, y que sus telediarios, que se esfuerzan como corderillos en apuntalar al PP, haga magia con las noticias, da igual.

     Hasta da igual que La Sexta Noche, en un esfuerzo encomiable, lleve como invitado a un escritor como Juan José Millás, que por cierto, con gran olfato, apuntó que incluso ese programa, considerado como serio, clarificador, y oportuno, forma parte del nuevo concepto de espectáculo, es decir, que se acaba la emisión como se acaba una película justo antes de que la gente vuelva a la realidad, a sus problemas, a su empleo precario, a su gana de tenerlo. Da igual todo eso porque la gente vive la política como algo que no les incumbe, como algo que no les arregla sus necesidades, es decir, como también dijo Millás en su paso por el programa de Iñaki López, que “entre la política y la realidad hay un divorcio que pone los pelos de punta”.  La lógica reacción, mientras los políticos se la miran cada segundo, es la indiferencia ciudadana, estado ideal para esos políticos.

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