lunes, 22 de julio de 2013

Maldeojos. La mochila inalámbrica



La mochila inalámbrica

      Yo también creo que Marta Solano, hasta ahora en la sección de deportes de La 1, tiene una de las mejores sonrisas de la tele, una de las imágenes más frescas de la pantalla. La ves, y te gusta. Pero ni esas bondades, unidas a su profesionalidad, son suficientes para no sentir un ataque de bochorno cuando te la encuentras como presentadora del último desatino de la televisión pública, España directo. De verdad que me temía lo peor, pero hay que hablar de lo siguiente, porque el nuevo España directo es un despropósito desde el minuto uno. Uno creía que no tendrían la desfachatez de repetir el esquema del antiguo, que salió de la programación escopeteado porque su apuesta por asuntos tan banales y estúpidos, tan alejados de la realidad, no interesaba a nadie. 
 
      Pero no. El tiempo, con la insulsa presencia de Albert Barniol, las recetas de cocina, la visita a restaurantes, la mención de las fiestas del pueblo, el suceso, y un alarde ridículo de alta tecnología al servicio de lo inane, componen la estructura de un programa que nace agotado, viejo, sin pulso. Los aspavientos de contar con una avioneta a la que va subida la reportera, acompañada de una “mochila inalámbrica”, es decir, algo parecido a un móvil sofisticado, que recorre lugares desde el aire, resultan de un patetismo similar al de alegrarse por superar la dificultad de hacer un círculo de un solo trazo. Ni con la machacona publicidad del estreno se inmutó la audiencia, escaldada por aquel España directo que se largó abucheado por los espectadores. Mientras Cospedal enfatizaba su honrada transparencia, España directo nos hablaba del tiempo en su mundo paralelo.    

El pantallazo, fotografiado de la web de RTVE.es resume a la perfección el programita que pretende salvar las tardes de TVE. Recetas y tiempo, esa es la apuesta, con alguna historia escabrosa -tipo Marta del Castillo, los niños Ruth y José-, o folclórica -Isabel Pantoja y sus líos-. El primer España directo se largó porque no lo veía nadie, fruto de unos contenidos sin pulso real. Mientras la calle hervía, el programa se iba de fiestas o se hablaba del frío del invierno y del puto calor del verano. Ahora, con un par de cojones, han vuelto con el mismo esquema que se descartó.



Ohhh, menudo invento. Una mochila autónoma que no necesita cables para emitir imágenes, y ohhh, un helicóptero -con sus alas, su piloto y su todo- desde el que la mochila mirará abajo y lo veremos en casa... Ohhh, por dios, esto es milagroso. ¿Veremos manifestaciones en directo a favor de la sanidad pública, veremos las protestas de los científicos del CSIC por su asfixia económica? Tonterías. Helicóptero, mochila, reportera dicharachera, y mochilero nos enseñarán cómo está de llena la playa vista desde el aire, cómo está de vacía Sierra Nevada, o qué forma de serpiente tiene algún río visto desde el helicóptero. Cualquier cosa menos hacer de España directo un programa vivo que recoja, en directo, su latido real, no enmascarado por zarandajas. 

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