martes, 9 de julio de 2013

El origen del mundo (ilustrado). Mi churri y la otra



Mi churri y la otra
         
Artista invitado, Rafa Cebrián


      Un día me hizo sangre, pero en vez de parar le dije que me azotara un poco más, sólo un poco más, a ver qué pasa, churri. Se volvió loca. Jamás la había visto así. Después del desayuno, con mi zumo de naranja en la mano, me asomé a la terraza, saludé a los vecinos que charlaban en la suya, y encendí un cigarro. Me puse una bata ligera al revés, tapándome por delante y dejando el culo al aire. Me gustaba llevar al límite las convenciones sociales. Mis vecinos no veían nada raro, pero yo me notaba empitonado, con el trasto rozando el hierro de la verja, y empecé a culear como si me la follara. Creo que hasta la lagarta de al lado, una calienta pollas que se agachaba en el último peldaño del rellano cuando uno subía la escalera detrás, sabiendo que con aquella minifalda se le vería hasta el corvejón rasurado, se dio cuenta porque la tía abrió los muslos y sonrió diciendo algo sobre lo tieso y bonito que tenía el geranio.
       
      Ya ves, dije volando la mirada al vacío de la calle, aunque ella supo detenerla donde convenía. ¿Con quién hablas?, me preguntó mi corazoncito desde la cocina. Con la vecina, cielo, con la vecina. Una puta, dijo sin contemplaciones mi estrella de la mañana, que apareció en el balcón con la rasera de plástico en la mano, te voy a pegar, por malo. Y me dio un azote. Lancé un gritito. Luego me dio otro, y exageré otro gemido. Mi vecina, sin dejar de mirar, se amorró en la bragueta del lacio de su calzonazos, que se dejó hacer como si chupársela a las once de la mañana en el balcón de la casa fuera algo que hacían con frecuencia. La tenía grande, el capullo. En ese momento, enloquecido y ardiendo de deseo, no sabía si saltar el balcón, apartar de un manotazo a la artista mamadora para comprobar si yo era capaz de tragarme aquello hasta reventarme la garganta, ponerle mi polla en la boca a la vecina sardesca, o follarme al marido sin que se diera cuenta, porque el tipo seguía leyendo el periódico como si nada ocurriera, convencido de saltar, levantarlo de la silla, echarlo sobre la mesa, dejarle el culo en pompa, bombearlo hasta el hígado, y volver al reino de mis geranios, pero mientras pensaba en segundos todo eso, mi churri ya me había quitado la bata, se ensalivaba su tesoro, y enchufándose la manguera, nos tiramos al suelo haciendo que la rasera estallara en mis nalgas como nunca, aplicada, sistemática, encabronada, libre, gozosa, animal, ensangrentado y feliz. Me corro, gritamos. Y nosotros, se oyó una voz en la terraza contigua. Cuatro alaridos salieron del edificio y retumbaron en la calle.

      -Al caer el telón, el público, en pie, estalló en aplausos.    

Teatro, de Rafa Cebrián




RAFA CEBRIÁN

1963. Teresa de Cofrentes (Valencia)

      Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia. Dibujo, pintura, fotografía, grabado y cine son sus propuestas artísticas. Expone desde 1991. Pinta junto a Ernesto Herrero Rodilla desde 2001. Forman el Equipo Herrero&Cebrian (www.herrerocebrian.com) realizando diversas exposiciones individuales  o colectivas con el proyecto La Mirada Interpuesta, que continúa en la actualidad. Organiza y participa activamente en diferentes proyectos artísticos colectivos.
(Salvem Cabanyal, Arteenred, Sahara ,Alzehimer, Levante,etc)




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