sábado, 6 de julio de 2013

Maldeojos. Juan Manuel, chef



Juan Manuel, chef

      Empezó mal, casi muy mal, pero como son cocinillas rebozaron el producto como se reboza un pescado y siendo el mismo consiguieron que MasterChef pareciera otro. El concurso de cocineros que mejor ha funcionado en La 1, remontando la audiencia de una semana a otra, ha alcanzado cifras de récord, echándose pulsos con el descaro de lo nuevo hasta con el cansino Gran Marrano de la Merche. Limaron el personaje que creó Pepe Rodríguez, y sin quitarle su puntito de perro mordedor consiguieron hacerlo más creíble, incluso han sabido en el montaje, imprescindible en toda obra narrativa visual como sabemos desde que el cine existe, sacarle jugo a la relación entre el jurado y los concursantes, sobre todo con Maribel, la señora de Benicarló y sus alcachofas. Los primeros programas no parecían un programa de cocina sino de indios y vaqueros. 

      La final fue apoteósica. Se jugaba entre Fabián, el Bizcochito, de Mallorca, Juan Manuel, camarero, buena gente, de Almería, y Eva, la cordobesa, la alocada, la que ha innovado, la que convertía su intuición en creatividad. No he seguido MasterCheff al minuto, es cierto, pero he recuperado momentos estelares, y por supuesto vi la final. Y he descubierto que si ha calado tanto es por la excelencia del montaje, por el acierto de estos y no otros concursantes, por hacer partícipes a la audiencia de asuntos personales no desde el lado chungo del concurso al uso sino desde la gracia y la empatía, y desde luego porque, al final, hemos aprendido a cocinar un poquito mejor.  De Eva González, bueno, sigue sin ser santa de mi devoción. Juan Manuel ha merecido el premio. Y uno, la lección. Me alegra haber vapuleado el programa y ahora reconocer su grandeza. 





Momentos antes de saber quién era el ganador. La cosa estaba entre Juan Manuel y Eva, que jamás perdió la sonrisa.

Pepe Rodríguez, quitada la careta de su personaje, se mostró tal como es, humano, cercano, sensible, emocionado. Las lagrimillas no engañan, y eso está muy bien.




Ferrán Adriá en el momento de entregar el premio a Juan Manuel como ganador de Masterchef.

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