David el loco
(Artículo publicado el sábado, 1 de diciembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
Digámoslo rápido
y así me lo quito de la cabeza y paso a otra cosa, mariposa. David Broncano tiene cara de chiflado,
tiene mirada de loco, de zumbado, uno de esos tipos cuya inteligencia no
descansa. El cómico, dicho así, con grandes palabras iluminadas por neones
fulgurantes de calle, ha colaborado en multitud de programas de televisión y
radio, ha brillado con su especial toque que mezcla la pachorra, la dejadez, y
la ironía como disparos de metralla, en monólogos de antología, ha mantenido
conversaciones hilarantes con Andréu
Buenafuente en Late motiv, y
ahora, y desde hace un par de años, como presentador de su propio formato en #0,
primero en aquella maravillosa chifladura llamada Loco mundo y ahora en La
resistencia. Me voy a detener aquí. En La
resistencia.
A pesar de ser
un programa de humor, o justo por eso, y de su tendencia al análisis más loco
de la actualidad, pero también por eso, La
resistencia entra con el bisturí entre los dientes y te hace una disección
de lo que nos rodea que nos deja finos, como hace unos programas, con la visita
de Iñaki Gabilondo, bromeando sobre
el destino deseado de sus cuerpos una vez muertos. Gabilondo lo tenía claro,
que le da igual lo que hagan con sus despojos. Broncano dijo que lo podían
echar al campo como abono hasta convertirse en humus, en hongo. Hombre,
respondió el vasco, si se queda libre la tumba de Franco. El público y ellos soltaron una carcajada de las buenas. Es
el tono del programa que, al lado, viéndose en algunos planos, dirige Ricardo Castella. De nuevo, La resistencia es una prueba más de que
Movistar+ tiene una de las mejores parrillas de la tele española.
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