miércoles, 19 de diciembre de 2018

Maldeojos. Fran y el rosco


Fran y el rosco
(Artículo publicado el sábado, 15 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Igual que Los lobos son un tesoro para el ¡Boom! de Juanra Bonet y por supuesto de la cadena que emite a diario el concurso, con una permanencia en Antena 3 que sobrepasa los 366 programas y acumulan una fortuna, al margen del posible bote, que roza los dos millones de euros, el asturiano Fran González, Fran, es otro tesoro, otro valor seguro para las tardes de Telecinco y para el Pasapalabra de Christian Gálvez –por cierto, señalado como intruso por el Comité Español de Historia del Arte, CEAH, a raíz de la exposición que sobre Leonardo Da Vinci ha organizado en la Biblioteca Nacional. Me niego a llamarlo “curador” en vez de eso, de organizador, o director, palabreja que se usa como sinónimo de comisario de exposiciones, otra que tal-. A lo que vamos. Que Fran es un tesoro para la cadena por la audiencia y la igualada guerra contra Antena 3.

     Algunas tardes lo veo quitándome de en medio los previos y acercándome sólo al final del programa, al rosco. Este tío es magnífico. Parece que está volado cuando agacha la cabeza, aprieta el gesto y se concentra en las preguntas. El biólogo de la universidad de Oviedo tiene una serie de tics que lo hacen inconfundible, cercano, cachondo. Me gusta en especial esa forma suya de cabecear y de abrir y cerrar los ojos cuando “pasapalabra” pero al instante sabe la respuesta que deja almacenada, como un cazador furtivo, para disparar en cuanto vuelva a esa pregunta en la siguiente vuelta. Después de tanto tiempo en pantalla el espectador no sólo conoce el exterior de Fran, con una imagen de friqui inteligentísimo, sino que adivina un interior noble, sensible, nada arrogante ni fanfarrón, al contrario, sus humildes reacciones lo hacen más grande. Fran es un tesoro. Literal.


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