VoXmitando
(Artículo publicado el martes, 11 de diciembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Se dice, lo dice
el jefe de ese partido que ha desestabilizado el panorama político porque
dentro del sistema quiere cargarse el sistema tal como se conoce, que cuanto peor hablan de
él, más crece, el partido, y más se crece él mismo, el mesías. Pues ahí va mi
granito de asco. Sé que no tiene comparación con el empujón
que le dio Jordi Évole en el último Sálvados dedicándole todo el tiempo
metido como un troyano en el interior del bicho sin que el bicho lo supiera.
Bonita, pero terrible jugada que simboliza en sí misma el río por donde navega
la idea de libertad de prensa que tiene esta peña, idéntica a la que, con ese
gesto adusto, maleducado, fanfarrón y antidemocrático usa Donald Trump cuando un medio no es de su agrado, prohibirle no sólo
preguntar sino la entrada. En la campaña electoral andaluza, Salvados quiso estar presente, pero le
negaron el permiso.
En los mítines,
el caporal del grupo que consiguió 12 escaños, se jactaba ante sus fieles de
permitirse el lujo de no concederle a Jordi ni entrevistas ni el acceso con sus
cámaras a sus sermones. Pero Salvados,
Conociendo a VOX, se urdió desde donde más duele, es decir, desde dentro, y
sin apenas hacer nada, o sea, encender el piloto rojo y dejar que el micrófono
grabara el festival de ridículos pero potentes mensajes de odio al extranjero,
a la mujer, amor a la bandera, y un puñado de agitadas mentiras que ponen los
pelos de punta, a los seguidores por eso y a los no seguidores por lo mismo.
Como hilo de hilván del programa se echó mano de Carlos Herrera, que analizó el fenómeno dejándome de verdad
espantado por su moderación asombrosa, bendito Évole. O apaciguó su verbo de
jaleador radiofónico por estar en Salvados,
o hasta Herrera se une a la “voXmitera”.
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