Minuto a minuto
(Artículo publicado el domingo, 18 de octubre, en periódicos de EPI PRESS)
No soy muy de
fútbol. Más. No soy nada de fútbol. A veces, para saber algo sobre la materia
leo a colegas que están más puestos que yo, incluso en el trato que algunos
programas de fútbol, que me pierdo, dan a las noticias. Por eso siempre estoy
al tanto de lo que escribe en su muro de Facebook Antonio López, un ojo y oído privilegiados para detectar gazapos,
incongruencias, faltas, titulares imposibles en periódicos, o crónicas de
reporteros que hablan y hablan sin darse cuenta de sus errores fruto de la
ignorancia, impericia, desgana, o trabajar sometido a una presión inmanejable de
quien él llama en la prensa escrita, con atinada ironía, “el juntaletras”. Es
un corrector nato, figura que ya no existe en las redacciones, con la falta que
hace para enmendarnos la plana cuando erramos al juntar las letras. En una de
sus observaciones escuchaba a una reportera de 7TV, la autonómica de Murcia, que
hablaba desde Madrid… “es posible que hoy se apruebe el plan favorablemente”.
Lo difícil sería, apunta Antonio, que lo aprobaran desfavorablemente. En otra observación
destaca que “mientras toda la prensa, radio y televisión extranjera y española
habla y debate esta noche de los resultados en Cataluña, la televisión murciana
emite un programa ¡para analizar las elecciones en Grecia!, con un par, sí
señor”. Por ahí van sus gazapos, erratas, incongruencias, algunas de verdad
hilarantes. Es el poli bueno de la prensa. Lo que quiero decir es que aunque
uno no sea muy de fútbol hay expresiones que enseguida dirigen tu pensamiento
al fútbol, y como Antonio lee, ve y escucha de otra manera, y de forma natural,
gracias a él supe que en los programas deportivos, incluidos los de TVE, usan
técnicas rastreras, contrarias al buen periodismo, para mantener la atención
del espectador. Minuto y resultado
era un programa sobre fútbol que emitía La Sexta la tarde del domingo para
hablar de la jornada futbolera y presentaba Patxi Alonso y luego Miguel
Serrano.
Asunta Basterra
El término se
hizo fuerte, y hoy minuto y resultado
se asocia con el fútbol. Pero en este instante es cuando el juntaletras pega la
vuelta –ay, Pimpinella- y viaja al saco de los horrores de las cadenas de
televisión porque desde el día 1 de este mes a todas se les ve un hocico como
de animal hambriento con gana de sangre. Ese día acudían al juzgado de Santiago
de Compostela Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres de Asunta,
la niña que fue asesinada por, esa es la acusación, sus propios padres. No sé
si siguen este circo, pero es de las cosas más indecentes de los últimos
tiempos, de los tratamientos informativos en televisión más barriobajeros. El
infanticidio es uno de los crímenes más horrendos y atroces que podamos digerir.
Si además en el punto de la sospecha están los padres, da igual que sean
biológicos o adoptivos, como el caso de Asunta, el hervidero emocional se
desmadra. Las televisiones también. Aún está fresco el olor de la pólvora
festejando las audiencias con el caso de los niños Ruth y José. El día 1 de octubre, a las puertas del juzgado en
Santiago de Compostela, un puñado de carroñeros se disputaba la crónica más
puntillosa, el comentario más morboso, el detalle más sutil. Nacho Abad entraba en directo en Espejo público y contaba el minuto a
minuto del juicio. La débil voz de la madre, cabizbaja, el lenguaje corporal
del padre, los problemas de aquélla con el lupus, las medicinas que toma, el
estado somnoliento de la cría, el gesto ausente del padre, el truculento
análisis de un tipo sin escrúpulos, un timador, que aseguró al ver unas
imágenes de Asunta tocando el piano que la niña ya barruntaba que iba a ser
asesinada. Más bajo no se puede caer. Las crónicas se han sucedido y suceden
como si jamás hubiera habido en España un caso que hoy es ejemplo de hedor
informativo y gangrena televisiva, el de las niñas de Alcàsser.
De lado, de perfil, de arriba, de abajo, si callan, murmuran, lloran, titubean.. Todo se analizó en este juicio narrado minuto a minuto. Sus componentes -niña adoptada, barbitúricos, muerte, padres sospechosos- han sido un pastel al que ninguna televisión ha querido dejar pasar... |
El gran “reallity”
Llama la
atención el paralelismo entre el exhaustivo análisis que los especialistas
hacen de lo que concierne al fútbol y el minuto a minuto del juicio por la
muerte de Asunta. Esta semana veía en el matinal de Antena 3 cómo en la sección
de deportes analizaban, con meticulosidad de cirujano, las reacciones de Cristiano Ronaldo al recibir, creo, su
cuarta bota de oro, supongo que algo
preciadísimo en su mundo. Contaba el narrador
que el premiado recibía las alabanzas de los oradores, desde el presentador,
que se lio con la lengua y no atinaba a decir bota sin pasar antes por botella,
al presidente del club, Florentino Pérez,
con cara de palo, adusta y seria, como una estatua, impasible, como el que
piensa que aún es poco, que son migajas para su estima. El narrador del
reportaje analizó segundo a segundo la reacción del astro, su dorada piel
curtida bajo el sol de Marruecos, sus ojos fijos, sus labios apretados, su
inexpresiva mueca, sólo un poquito animada con las palabras del embajador
portugués. También aquí había niño por medio, el hijo del luso, un Cristiano Jr. que, “está contando con
sus deditos los premios del padre, pero la abuela le dice que es mejor empezar
a contar con el dedo índice y no con el corazón”. Seguí arrobado y en suspenso
una crónica plagada de imbecilidades, de cursiladas, un relleno periodístico.
Igual que el tratamiento informativo del juicio por el crimen de la niña Asunta
Basterra. Todas las cadenas, desde una TVE que abre sus telediarios con
detalles escabrosos, a las privadas, han convertido este juicio en un tablero
de juego donde todas gritan el minuto y resultado, el minuto a minuto, y donde
todas, a una, parecen coaligadas para convertirlo en un programa apestoso y
ruin de telerrealidad –género basado en la presentación de casos, vivencias o
conflictos, reales o inducidos, dice la RAE-. El caso Asunta es el gran
“reallity” que sueñan las cadenas. Aúna niños, adopciones, adultos separados,
padres sospechosos, somníferos, un bosque, y la muerte de una criatura
inocente. ¿Quién da? Véanlo, está en todas las emisoras, no se pierda ni un
detalle.
La guinda
Menos el PP
Los partidos
políticos han alcanzado un acuerdo para que el presidente de RTVE sea elegido
por dos tercios del Congreso, es decir, para que de nuevo la independencia
vuelva a la tele y radio públicas que se consiguió con los gobiernos
socialistas de José Luis Rodríguez
Zapatero –la mejor época, sin duda-. ¿Todos los partidos se han sumado al
acuerdo? No. Ni PP ni Unió. Y todos sabemos por qué. El PP también.
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