El martilleo
(Artículo publicado el martes, 2 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Cuando uno fracasa, lo normal, para corregir errores, es mirarse no el
ombligo sino los alrededores de nuestros actos. Cuando el PP fracasa lo normal
es echarle la culpa al otro por ver si puede seguir un tiempo más como si no
pasara nada. Que la culpa es de otros lo diga el pobre Carlos Floriano, que por contrato ha de comerse más marrones que
puntos de sutura tiene el chichi de Leticia
Sabater, es normal, pero que el análisis lo haga el faro, la luz de la
mañana, un Mariano Rajoy subido a la
proa del Titanic, es un asunto capital, tal como el irresponsable gobernante
dijo hace unos días en Sitges, en la clausura de un encuentro económico. El
martilleo, ese el responsable del batacazo del PP. Pero no un martilleo mañanero,
vespertino o nocturno, no,
el responsable del fracaso del PP es el martilleo constante. Y no en cualquier
lugar. El martilleo en la tele.
Y si me apuran no en cualquier tele, no,
que para eso está La Sexta. ¿Y la corrupción? ¿Es la corrupción estructural, y
echar balones fuera, la culpable del hartazgo, de la gran desbandada? Bueno, la
corrupción es un tema, “es un tema que está ahí”. Pero nada que ver con el
martilleo, con el puto martilleo. Coincide con la teoría soviet del ministro de
Justicia, el picha crecida Rafael Catalá
cuando lanzó aquel espeluznante paralelismo entre controlar lo que se publica
para combatir la corrupción. Es decir, lo que no se sabe no existe. Ese
espíritu, ese martilleo contra el mensajero, empieza a dar sus frutos. Ya no
hace falta ni cocinar leyes como guantes. La otra tarde, en Madrid, se juntaron
unos protestantes “centristas” contra el triunfo de Podemos. Los pijoyayos
centrados cargaron contra los reporteros de La Sexta y otros periodistas. El
martilleo da sus frutos.
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