Pablo y Pablo
(Artículo publicado el jueves, 28 de marzo, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Al
aventurero Jesús Calleja, que hace
programas que resultan de lo mejor de Cuatro, le da un mal pie y cae redondo de
su bicicleta por la provincia de León. El terreno, para no desdecir a este
jovial tipo, sólo podía ser escarpado, difícil, sí, peligroso para caerse de
ese burro metálico y salir por patas. Tuvo que salir en helicóptero derechito
al hospital. Que nadie se alarme. Ya está en casa, y bien, recuperándose. Una petarda
y sardesca Paz Padilla lo llamó en
directo para interesarse por su salud. Calleja, por supuesto, no cobró nada.
Otra que ha pasado por el quirófano pero porque le salió de la papada es la
señora Carmen Borrego, hija de la
Campos, que le ha tomado gustillo a eso de rebanar grasa y luego vender lo que
llaman “la nueva imagen de”. Al mismo tiempo don Jorge Javier Vázquez también ha conocido el hospital, y a vida o
muerte. Como suena.
Ahora el
dueño del cortijo de Sálvame y otras
sandeces se recupera de su ictus a paso tranquilo paseando a sus perros cerca
de su casa, y lo hace recibiendo a gente amiga como Raquel Sánchez Silva, con quien echó la otra tarde unas risas. Y
ahora Pablo, Pablo Iglesias, que de
la nada ha pasado al todo, hasta en la sopa. El coletas no ha pasado por ningún
hospital, pero ha limpiado culos y cambiado pañales, y por tanto, con esas
piruetas y diarrea verbal que le caracteriza, dice que ya está preparado para
ser presidente. A lo que voy. Que Pablo
Motos, y en contra de todo pronóstico, y sin salir de El hormiguero, le hizo el martes la entrevista más incisiva,
caústica, y fresca de todas las que le han hecho desde su mesiánica
reaparición. Con mucho ji ji ja ja lo puso entre las cuerdas, descolocó al que
jamás duda, y resultó brillante. Motos se tragó a Iglesias.
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