sábado, 22 de septiembre de 2018

Maldeojos. El otro máster


El otro máster
(Artículo publicado el jueves, 20 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Hablar de máster hoy en España es nombrar la bicha. Pablo Casado lo sabe bien, y los juzgados también. El gran petimetre Albert Rivera, pijo de forma y fondo, quita y pone máster, tesis, doctorados, aprobados, suspensos, deseos, y sueños varios, incluso los húmedos, en su currículo, según convenga. Y los cocineritos de Masterchef celebrity van y se desmayan en La 1. Qué espectáculo, qué vergüenza, decía después del trance una derrengada, obnubilada, noqueada, desasistida, desnortada y humeante pija de libro Carmen Lomana, señora que no, no debería de estar en el concurso de la pública. ¿Qué hace Carmen Lomana, quién es Carmen Lomana, por qué Carmen Lomana? No felices con eso, no lo suficiente, este MasterChef de las celebridades está dando tanto juego frente a las vitrocerámicas como fuera de ellas.

     ¿Vieron llorar o lo que quiera que haga ese tipo, Mario Vaquerizo? Dicen que se le vino el control abajo y se aflojó recordando a David Delfín. Qué espectáculo, qué gran vergüenza. ¿Y eso? Un señor como él no debería dar otra imagen que no fuera la del tonto del pueblo con pluma desmadrada, con rabos negros en los ojos más antiguos que los de Cleopatra, no debería salirse de las payasadas de vieja loca ignorante porque él sabe las reglas del espectáculo. Claro que pensándolo bien, lagrimear un poco y hacer pucheritos de folclórica trasnochada también tiene su aquél en la pantalla. Que no, en serio, que por una vez, visto lo visto, he visto a un Mario hablar de verdad, sin la careta del personaje. Allí se emocionó hasta la presentadora, hasta la chispeante María Castro.  ¿Hablamos de recetas y cocina? Bueno, de eso, ya si eso, hablamos otro día.


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