La República
(Artículo publicado el jueves, 6 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
Que llega. Que
sí, que viene. Que al fin llega La
República. Y eso que hasta don Pablo
Iglesias, republicano de pro, da las gracias expresas al jefe de Estado por
la llamada que hizo Felipe VI al secretario general de Podemos y a Irene Montero, su pareja, por ser papás
de mellizos -¿se puede decir papás y no papá y mamá sin caer en pecado mortal
de lenguaje no inclusivo y de un machismo transoceánico, asilvestrado, tónico,
sádico, escuálido, y tonto del haba?-. Uno pensaba, quizá, que después de dos
meses, Iglesias el papi chulo, volvería sin coleta, tal vez sin su camisa de
cuadros, quizá con la barbilla un poco rasurada, pero hete aquí que llega al
plató del informativo de Pedro Piqueras
con la misma imagen, ni más moreno ni más escuchimizado ni más barrigón,
mensaje oculto a los suyos para que vean que “aquí no ha cambiado nada, y el
jefe sigue siendo el jefe”.
Pues a pesar de
todo eso llega La República, no como
gobierno sino como serie. Oh. Después de siete años en el cajón, al fin se
recupera. A este espectador se le había olvidado aquel éxito de la pública, que
con con la llegada del PP y, por tanto, de la nueva dirección de RTVE, se
escondió. Se secuestró, dijo el otro día en el FesTVal de vitoria Fernando López Puig, director de
ficción de TVE, como ocurrió con Tres
días de abril, Volveremos, o La conspiración. Félix Gómez, entonces jovencísimo protagonista de La República junto a Verónica Sánchez o Alejo Sauras –extraordinario ahora en su personaje de Estoy vivo, con la segunda temporada
pidiendo paso- habló de censura. Rescatar La
República para su emisión en La 1 es otro pasito más en la buena dirección
de la nueva dirección.
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