Misión basurilla
(Artículo publicado el sábado, 8 de setiembre, en diarios del grupo EPI PRESS)
Que los
perdemos, coño. Que no, brother, que hay tiempo. Pero si ya han zarpado, tío.
Que hay tiempo, bro. Una cámara sigue todo el rato a un trío de fotógrafos,
siendo la estrella de la conca el, al parecer, afamado paparazzi Sergio Garrido, del que me entero que
entre sus proezas, no sé si leyenda para cebar su perfil o verdad verdadera,
está la de haber cobrado 500.000 euros, como suena, por una foto de Leonardo DiCaprio con su ex Toni Garrn. Mucha pasta es esa para tan
poco meollo por más que este mundo está chiflado, digo el mundo de las
exclusivas y el mundo en general, nuestro mundo de por aquí, que es capaz de
pagar medio millón de euros por la foto de un tipo con su tipa, por muy
conocido que sea el tipo y la tipa, la tipa sola o el tipo solo. Flipo. La
escena de los fotógrafos corriendo como descosidos para subir a un barco en
Ibiza desde el que seguir a otro para hacer fotos mueve a risa, porque desde
luego discreta no es la cosa.
Forma parte de Misión exclusiva, que esta semana
estrenó Cuatro para mayor gloria de los programas insustanciales, sin corazón
aunque dedicado al corazón como género en teles y algunas revistas que aún
quedan rezagadas que hablan de casas de artistas, de bodas reales o plebeyas,
de peleas vulgares entre zafias criaturas recrecidas en espacios de testada
estupidez, y que estos y otros paparazzi nutren con sus trabajitos, fotos a ser
posible robadas para mayor gloria “del paparazzi más cara dura del mundo”, como
la cadena presenta a su fotógrafo. Supongo que esta Misión exclusiva es una especie de retrato del día a día de estos
currantes del objetivo que en el estreno robaron fotos de la boda de Mireia Calalda y Felipe López. Pues muy bien. Nada de lo visto me interesó.
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