jueves, 16 de julio de 2015

Maldeojos. El logo



El logo
(Artículo publicado el martes, 14 de julio, en diarios de EPI PRESS)

      El único que no ha cambiado en el novísimo PP, los Populares se hacen llamar ahora, es el jefe, el timonel, el querido líder, Mariano Rajoy, que no se entera de que al fin corre por las venas del partido un aire tan fresco que como no se abriguen se van a constipar. Yo llevo unos días, desde la llamada conferencia política, en un mar de euforia. Este PP es el que andaba esperando España. Al fin se han dado cuenta. Los problemas de los Populares, desde la corrupción de los que se han aprovechado de la buena fe del PP, decía casi a un tris del llanto la estrella Maricospe, lejana y apagada, a sus políticas depredadoras, todos esos problemas se han solucionado de golpe cambiando el logotipo del partido. Acabáramos. Era eso, dijo el joven portavoz Pablo Casado.

     Eso y salir en cuanto haya una cámara delante en camisa, o con chaqueta y camisa, pero jamás con corbata, que es de políticos corruptos, de la vieja escuela, de la derecha más rancia, y el PP, desde hace dos horas, es un partido moderno que te cagas que llama “job” al trabajo. ¿Qué me dices? Entre el logo y la quema de corbatas, el PP le ha dado una patada a la soberbia, a la antipatía, a la carcunda, y se ha convertido en un partido progresista que mira por los más necesitados –rebaja el IRPF como si subiera el sueldo, baja la factura de la luz unos céntimos para subirla en enero, después de las elecciones, y otros trucos baratos de prestidigitador acojonado- , un partido nuevo, de vanguardia. Oiga, que Rajoy dice que se arrepiente de haber permitido la existencia de La Sexta y el alcalde de Granada que la mujer está mejor desnuda. Calla, joder, y mira el logotipo. 

La solución a los males del PP, como todo el mundo sabe, pasa por lo que pasa en la foto. Sonrisas, gente joven, risueña, un nuevo logotipo y, por favor, fuera corbatas.



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