sábado, 23 de marzo de 2013

Maldeojos. La bruja buena. Sábado, 23 de marzo de 2013



La bruja buena

      Hay que volver de vez en cuando al lugar del crimen por si han lavado la sangre, han cambiado las sábanas, e incluso el asesino, relajado y creyéndose libre, merodea el lugar creyéndose impune. He tenido mala suerte. Encontré el lugar tal como lo dejé la última vez. A quién se le ocurre encender la tele sobre las once de la mañana y quedarte en compañía de Ana Rosa Quintana para ver la calidad de sus mechas. Toma, en la cara. Sacan a Jorge Albertini, más que abogado, un lince. No pierde un juicio. Y todo para ayudar a los necesitados. Nada sería posible sin tu ayuda, Ana Rosa, y no es peloteo, que sabes que no me gusta, es la verdad, y hay que decirlo porque si no fuera por ti y tu ayuda no se haría justicia porque ningún programa es capaz de hacer lo que tú haces, suelta el tal Abertini de corrido y sin vergüenza. La otra calla, y medio sonríe. 

      Me quedo descuajaringado, sin tiempo a reaccionar porque noto la vomitera subiendo a toda leche por el gaznate. Así que, desarmado, me dan otra hostia en el siguiente plano. Se ve a un tipo sangrando y dando alaridos de dolor, en primer plano, tumbado en una ambulancia después de recibir un navajazo con una catana en una pelea de borrachos. El reportaje no nos priva de ponernos a esa hora de la mañana un festival de planos con la sangre encharcando el suelo, un coche en la acera, y la catana. AR no pierde una, está al loro de lo que pasa en tu barrio, en tu ciudad. Bueno, hay que decir que Barcelona no es tan insegura como alguien puede pensar, matiza Jalís de la Serna, autor del Callejeros del que han escogido la parte más turbia para la promoción. Pillada, enseguida recula y dice, claro, claro, Barcelona es una ciudad segura, que nadie se alarme. Ay, bruja.

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