Sexo y clérigos
(Artículo publicado el sábado, 15 de febrero, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
Conforme avanza
el reportaje –Documentos TV, La 2, “Irak,
el turbio comercio del sexo”- se te forma una bola en la garganta que sabes que
es de asco, impotencia, enorme y monumental perplejidad, una mezcla de todo eso
y algo más, es como confirmar lo que en el fondo sabe uno, lo que sabemos de
comportamientos nauseabundos de gente que amparada por la pátina de su dios es
capaz de hacer con los más indefensos, con los más vulnerables. La reportera Nawalal Maghafi firma el reportaje para
la BBC, y ella, con cámara oculta, y a veces ayudada por un colega masculino
para poder contactar con los altos clérigos, se fue a Irak para investigar lo
conocido como matrimonios de placer, es decir, la tapadera religiosa que legitima
la prostitución en aquel país. El negocio es terrible. Y el descenso al
infierno de las mujeres víctimas, un viaje sin retorno.
Las niñas de 12
años son más caras –de 500 a 800 dólares- porque están sin estrenar, dice un
clérigo mientras arregla los papeles para que un tipo, el cebo, “se case” con
esas criaturas, con viudas de guerra, o con jóvenes divorciadas. Nada, sin
problema, señala el hijo de puta, lo ampara el islam, te puedes casar media
hora, separarte, y luego casarte con otra por una hora, una semana, un mes, lo
que quieras, y al final la abandonas. Eso sí, precisa, con cuidado para que la
chica no pierda la virginidad, o sea, no puede haber penetración –así se puede
volver a vender para el matrimonio-, salvo que hagáis sexo anal. ¿Y si le hago
daño?, inquiere el cebo. Bah, eso es cosa de ti y de ella, si aguanta el dolor
no hay problema. Una víctima de este comercio –los clérigos católicos también
son expertos en el abuso de niños- lo definió así, “se comen la carne y tiran
los huesos”.
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