La republicana
(Artículo publicado el sábado, 31 de enero, en diarios de EPI PRESS)
En las últimas
generales votó al PP, pero a los pocos meses dijo en una entrevista que no
volvería a votarlos, también que unas veces votó a unos y otras a otros, pero
que estaba tan desencantada que tal vez no volvería a votar nunca más. Era Amparo Baró, ejemplo de ciudadana cuya
vida iba por un sitio y la artista por otro. Yo creo que era un poco
conservadora, en lo político y en lo social. Rechazó trabajar con “un chico muy
gracioso que trabaja en Telefónica” cuando Pedro
Almodóvar le envió el guión de Pepi,
Luci, y Boom, porque le pareció una mamarrachada de mal gusto ya que tenía
que mearle en la boca a alguien. Con el tiempo se arrepintió. Mujer de teatro,
fue la tele, como la comunista republicana Sole Huete, la que le dio una
popularidad extraordinaria. Nada más alejado a sus convicciones en la vida
real.
Esa republicana
fue uno de los pilares de la serie, que se grababa con público presente, un
personaje muy querido que la gente redujo a la anécdota de las collejas que daba
sobre todo a su hijo Paco, Javier Cámara.
Baró siempre fue esquiva, alejada del brillo que otros necesitan para sentirse
bien. Casi nunca recogía los premios que le dieron. Ni siquiera el Goya. Sí
recogió el Premio Ceres de Mérida por una obra dirigida por Gerardo Vera porque supuso su vuelta a
escena después de muchos años. El público tiende a confundir la persona con el
personaje. Cuando el jueves supimos que moría a los 77 años todo el mundo habló
de sus collejas. De ellas estaba hasta la flor. Pasó por El internado, por El club de
la comedia, pero Amparo será la Sole de las collejas. Qué drama.
Amparo Baró en Mérida, sobre el escenario de su bellísimo teatro romano, recogiendo el Premio Ceres, uno de los poquísimos que recogió la actriz, apartada de ese otro aspecto de una profesión muy dada al exhibicionismo. |
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