lunes, 23 de junio de 2014

Maldeojos. A escena



A escena
(Artículo publicado el jueves, 19 de junio, en diarios de EPI PRESS)

      La semana pasada, y a tope en esta, veíamos en los informativos cómo la tribuna del Congreso se desmantelaba. En apenas unas horas la icónica imagen del atril donde sus señorías se dirigen a la Cámara y el resto del frontal fueron descabezados por un puñado de operarios que iban y venían arrancando escaños en el Hemiciclo y allanando como un escenario la plataforma desde la que hoy será proclamado Felipe de Borbón como el rey Felipe VI. La señal que veremos del solemne acto la ofrece el propio Congreso a través de Telefónica, que tiene el acuerdo en exclusiva y que se cederá, gratis, a todo el mundo. Pero el recorrido en coche hasta el palacio real de los nuevos monarcas por las calles de Madrid será cosa de TVE. Es un día histórico, y todos los medios se encargan de recordarlo.

       El capitán de navío Mariano Rajoy está muy atareado barriendo la casa a su favor, y ha corrido a emparejar estos días de abdicaciones y proclamaciones con el triunfo de la marca España, que va como la seda, vamos, que somos la envidia del planeta. En paralelo, haciendo un hueco en el tema Corona, las teles llevan a sus platós a los aspirantes a presidir el PSOE, y resultan conmovedores tratando de estar aquí y allí, echándose un baile con la monarquía y la república, y por eso lo que ahora mola es ser constitucionalista. Se lo escucho a Madina, a Sánchez y a Sotillos, quizá con músicas distintas, pero con la misma letra. Y por último, si yo fuera Letizia Ortiz, hoy estaría atacá.  ¿Voy de guay o de británica distante, de Felipe Varela o con jeans y lo peto? En este teatro no se improvisa. Todos conocen su papel. Comienza el espectáculo. 

 
Cachonda, medieval, frívola, solemne, teatral, divertida, pesada, antigua, cualquier cosa que se diga va bien a esta imagen, que se repitió durante más de dos horas en el palacio real, cuando los súbditos más pintureros fueron inclinándose ante sus graciosas majestades. El cuento del cuento. Menudo cuento.

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