martes, 11 de marzo de 2014

Fotos sin salir de casa. Lo que esconde la niebla

Esta imagen es de hace apenas una semana, cuando la primavera parecía escondida, sin ganas de dar la cara. Se levanta uno temprano y ve que el mundo está envuelto en vaho y te dan ganas de salir corriendo y perderte en su interior. Siempre tengo la misma sensación con la niebla, el intenso placer de la incertidumbre, de preguntarme qué guardará en su cuerpo. Los que conocéis el lugar quizá notéis algo raro... Los chopos no están ahí. ¿Qué pasó?

Pues pasó algo más prosaico, que han cortado esa parte de la chopera. Y con tanta agua, la tierra apenas se la bebe. Aún hoy quedan esos surcos empapados. Es una imagen distinta, pero se va uno acostumbrando, incluso va uno viendo las ventajas. Resulta que detrás de los chopos hay paisaje. Y muy bonito. ¿Que por qué han cortado los chopos? La tierra ha de rendir. Y las choperas ya no son el negocio que eran. Antes, cuando la construcción tiraba del carro de la economía, la madera tenía mucha salida. Ahora, varado ese barco, la madera de chopo apenas vale nada. Mantener ocho o diez años los árboles para luego no sacar dinero no es rentable. Antes, en el pueblo, chopera que se cortaba, chopera que se plantaba. Ahora no. Ahora la tierra se siembra con otros productos de la vega. Aún así, confío en que las choperas sigan siendo la tarjeta sentimental de presentación de este rinconcillo de la vega de Granada.
¿Véis? Destrás de la niebla siempre puede haber bellas sorpresas. Aquí se cumplió el deseo. Sin salir de casa, desde la cocina, estoy viendo cada día cómo nos acercamos a la inminente explosión, a la lujuriosa visita de las yemas y los tallos, y las flores y el sarpullido de la tierra, y la locura de las mariposas, y el aire fresco y limpio, y el sol de terciopelo, y el campo rabioso de vida y esperanza. A ver si me animo y os cuento cómo va cambiando esto.

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