miércoles, 11 de septiembre de 2019

Maldeojos. Lo de Blanca


Lo de Blanca
(Artículo publicado el sábado, 7 de setiembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)

     Perdonen que despache la desaparición y luego encuentro, aunque ya sin vida en la alta montaña, de Blanca Fernández Ordóñez con un simple “lo de Blanca”. Pero creo que después de tantos días, con sus mañanas, tardes, y noches, entrando en casa desde la tele con una presencia machacona, lo de Blanca es eso, un tema, un género, una serie, y sin duda un atropello, un puñetazo, un exceso, un espectáculo. Podría, sin miedo a equivocarme, ir a mi archivo y hurgar, cortar, y pegar algunos textos escritos referidos a “temas” como el de hoy para decir más o menos lo mismo. En los coletazos del mes de agosto, como un milagro, la tele se iluminó con un asunto que la haría revivir de un letargo que daba vueltas al calor, a la inseguridad en Barcelona, a la barba de Casado, a los navajazos entre Sánchez e Iglesias, o a la listeriosis en la carne mechada.

     Nada de estos asuntos, por importantes que sean, se ponen al nivel de “lo de Blanca”, primero porque es quien es, la primera mujer española con medalla olímpica, y luego porque esa desaparición estaba destinada a lo que ha sido, a rellenar horas y horas de televisión de saldo. En el campamento base, desde donde se organizaban las batidas para dar con Blanca, había más reporteros y cadenas de televisión que policías. Hay que preguntarse de nuevo si tanta conexión en directo, tanto despliegue, tanto experto en el sitio o en el plató, está justificado. No. Sin duda, no. Las conexiones, la información ha sido durante estos días paja, humo, entretenimiento, marear la perdiz. ¿Estamos buscando a Blanca o buscando audiencia? La oportuna reflexión la hizo el humorista Alfonso Arús en Aruser@s –matinal de La Sexta-. Vale para cualquier cadena.



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