Camilo el Grande
(Artículo publicado el martes, 10 de setiembre, en diarios del grupo Prensa Ibérica)
A
la velocidad del rayo, como un lince, La 2 de TVE reaccionó el domingo
emitiendo un Imprescindibles dedicado
a Camilo Sesto el mismo día de su
muerte. Para eso está el archivo de la casa, para tirar de él, sobre todo si
viene tan bien, si encaja tan bien, si gusta tanto en un día que dejó a la
mayoría tan noqueada. Viendo el programa, viéndolo con la atención debida ya
que sabías que ese Imprescindibles ya
sería otra joyita que no podría retocarse con nuevas intervenciones del
protagonista, te das cuenta de que detrás del personaje en que Camilo convirtió
a Camilo Sexto, un personaje patético y deforme, obsesionado con una torpe
lucha por el paso del tiempo, un hombre de expresión nula, de rostro
plastificado, viendo el programa, digo, que no entró en ese aspecto, descubres
una trayectoria impecable apuntalada por una seguridad que no necesitó abuela.
Sus
triunfos le dan la razón. Casi desde el principio de los tiempos Camilo Sesto,
que cantaba, producía, y escribía sus canciones, llevó al número uno la mayoría
de esa obra que, incluso hoy, pasadas las décadas, se ha convertido en auténticos
himnos populares reconocidos y cantados por todo tipo de gente, desde gente con
más edad a gente joven, tal como vimos en un reportaje que emitió Antena 3 Noticias. En el Imprescindibles de La 2, que se estrenó
en mayo de este año como Camilo
sinfónico. Vivir así, dirigido por Óscar
García Blesa, participaron cantantes –Mónica
Naranjo, Pasión Vega, Ruth Lorenzo o Sergio Dalma- que reconocieron la valía del artista de Alcoy. En la
España del 1975, como Jesucristo
Superstar, Camilo el Grande le tocó al agónico franquismo las pelotas. Esa
gesta añadió, engrandeciéndola, matices heroicos a su carrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario