miércoles, 7 de enero de 2015

Maldeojos. Espíritu navideño



Espíritu navideño
(Artículo publicado el domingo, 4 de enero, en diarios de EPI PRESS)


      Se acaban las primeras navidades sin crisis, que lo sepáis. Ahora empieza lo bueno. Sin tonterías. Es como lo de Wyoming cuando dice que ya conocemos las noticias, pero en El intermedio conoceremos la verdad. Esa entradilla diaria, esa coletilla de intenciones en el programa de La Sexta pasa desapercibida, como decía Rocío Jurado, de tanto usarla. Pero es uno de los mejores saludos para comenzar un programa que conocemos, igual que era una de las más atrevidas despedidas, por su descaro, la mítica de Ernesto Sáez de Buruaga cuando decía que así son las cosas y así se las hemos contado –o manipulado, coletilla que poníamos quienes jamás nos creímos las trolas de este señor, el mismo que dice que un periodista nombrado por la derecha en TVE siempre está cuestionado pero un periodista nombrado por la izquierda “está limpio de polvo y paja”-. A ver, querido. Un ejemplo de hace unos días. Como el discursito del nuevo rey aún sigue coleando –como si no hubiera soltado con mucho ahínco de manos una ristra de obviedades que no van a ningún sitio- La 1 pasó un resumen en el telediario de Ana Blanco. ¿Cómo cerraron la información? Hay que tener mucha imaginación y aplomo, y mucha caradura, sin importarle un truño al “periodista nombrado por la derecha”, para acabar enlazando la cosa con el discurso de Navidad de la presidenta manchega, secretaria general del PP. ¿Es que La 1 hizo un resumen de los discursos del resto de presidentes autonómicos? No. Pero Madam Cospedal, con su chimeneíta detrás y sus maneras de gran estadista, no es una presidenta cualquiera. Lo que ella dice interesa a toda España, que lo sepáis. Pero hala, arriba ese ánimo, que ya queda menos. Inés Ballester, sin salir de La 1, pedía perdón en su tertulia Amigas y conocidas por tener que abandonar “el espíritu navideño” con una noticia triste. Espíritu navideño. ¿Cuál es el espíritu navideño? ¿El pastelazo televisivo? ¿La ramplonería periodística? ¿La cursilada y la ñoñería? ¿La repetición de tontunas? ¿La vuelta del rancio Ramón García a TVE y el escote de Anne Igartiburu en el balcón de las uvas y el brindis?
Pues ahí están, dos iconos del fin de año. El tío de la capa representa la vuelta a La 1, en tromba, de la televisión rancia y añeja a la pública. ¿Qué nos quedará por ver?.


Me cago en ti

Aquí no se acaba nada. Seguimos en las mismas, con lo mismo y los mismos. Verán, uno creía que “el espíritu navideño” borraría por unos días algunos temas recurrentes, algunos personajes de verdad cansinos. Ja. ¿Con quién cenó Nicolás?, se pregunta Nacho Abad en Espejo público más serio que Mariano Rajoy felicitando a nuestras tropas repartidas por el mundo, con su gesto de me importa una mierda lo que estoy diciendo y os lo digo porque os lo tengo que decir. ¿Con quién cenó Nicolás?, preguntó este tragaldabas de la información enfatizando el misterio como si manejara una exclusiva que iba a cambiar la historia, y con música de la magistral House of cards, para ensuciar aún más el momento. Con sus abogados, se contestó él mismo. ¿Qué cenaron? Fue una cena frugal, unas entradas, y luego carne. ¿Cuánto tiempo? Unas horas ¿Qué les costó la cena? No lo sabemos, pero sí que cada cual pagó su cuenta y luego se fueron a casa. Escuché aquella catarata de sandeces sintiéndome imbécil consumiendo ese periodismo de verbena y fuegos de artificio que se esfuma con el último fogonazo, justo antes de dar paso a otro bloque en el que, con idéntica pasión periodística, nos hablan de las tristes navidades de Isabel Pantoja. Está tan triste, decían las expertas del plató, que se bebe cinco cocacolas al día, apenas come porque se le cerró el estómago, y abusa del tabaco. Firma la crónica del día Carmen Pardo desde la puerta de la cárcel. ¿Qué dice a todo esto Paquirrín cuando se mofan de él, se alegran de ver a su madre en el trullo y le preguntan si son las peores navidades de su vida? Pues contesta remitiendo a una coplilla del comediante cubano Álvarez Guedes, que residió en Miami hasta su muerte en 2013. Es aquella que dice “me cago en el año viejo, me cago en el año nuevo, me cago en al arbolito, y me cago en ti”. No tiene desperdicio. Yo sé que Kiko ha llegado a este artista, que luchó desde el exilio por la llegada de la democracia a su país, atraído por la mierda y el exabrupto –me cago en ti-, pasando de la lectura desencantada de la vida y del amor de la letra, pero resume muy bien lo que para muchos es el espíritu navideño. Me cago en el arbolito… no me digan que no es genial. 

(Para los que no conozcáis al cómico cubano. Os dejo un enlace y así os hacéis una idea)


Un país de cuento
Mi espíritu navideño siempre fue átono, rácano, y distante. Por eso cuando veo los confetis comprados en los chinos, las risas falsísimas de los presentadores disfrazados con elegantes imposturas en galas grabadas semanas antes de las uvas, y veo que alzan sus copas de cava, y que desean  prosperidad en el que año que entra, y veo a los artistas haciendo el gilipollas siguiendo la música del casete, galas de una calidad pésima, una puesta en escena falsaria y cutre, me vengo abajo, o arriba, y me reconfirmo. No formo parte de este circo. No tengo el espíritu navideño tan desarrollado como para aguantar las majaderías de unos guiones al peso. De nuevo, fue La Sexta la que marcó con su especial de Nochevieja de  El intermedio la diferencia. Y sí, José Mota volvió a dibujar una sonrisa en su regreso a La 1 con Un país de cuento, donde no faltó parodia de Felipe VI ni presencia de Pablo Iglesias, ni su poquito de mala leche porque en ese país de cuento no veo yo a un país de ensueño sino al país falso, mentiroso, que nos vende Rajoy, es decir, un país de embuste, falaz, de cuento. Pero eso es manía mía, desvarío de alguien que no tiene espíritu navideño y no sale a la calle a quemar la tarjeta, como decía Matías Prats en su informativo del fin de semana, y a entramparse unos meses, para comprar como si no hubiera un mañana. Así que para terminar, sin ánimo de ofensa, acabo con una cita de peso. Me cago en el año viejo, me cago en el año nuevo, y me cago en el arbolito. 

Uno de los momentazos del especial de José Mota. Duelo dialéctico entre Pablo Iglesias y Esperanza Aguirre. Sin desperdicio. Hoy por hoy, en La 1, la única ventana abierta a la crítica social, política, y económica, llega de la mano del humor. En el resto de géneros, sobre el periodístico, que sería lo natural, está vedada.


La guinda
Conversatorios
Hay en el Canal 24 Horas uno de esos programas raros, decentes y propios de una tele pública que toma el nombre de un término sudamericano que aquí no usamos, conversatorio –rueda de prensa, encuentro para hablar de un tema-, y del lugar en que se graba, Casa de América. De ahí, Conversatorios en Casa América. El último emitido fue una conversación entre la periodista Ana Ibáñez y Carmen Posadas. Delicioso.  

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