jueves, 16 de octubre de 2014

Maldeojos. Ébola, otras secuelas



Ébola, otras secuelas
(Artículo publicado el martes, 14 de octubre, en diarios de EPI PRESS)

      El virus del ébola es letal, como sabemos. Hay días en Sierra Leona en que los muertos superan los 120 fallecidos. Tremendo. Aquí no teníamos ese virus. Teníamos el de la corrupción, el de la desfachatez política, el de la inmoralidad sin límites de algunos directivos de Bankia y de otros chiringuitos financieros que exigen austeridad a los demás mientras practican el derroche sin límite, teníamos el virus de la estupidez y la mediocridad premiada, pero no el del ébola. Mariano Rajoy y su Gobierno nos trajeron ese virus, que ya campa por el país, por Europa. Gracias, presidente, gracias. En cuanto se ha descubierto que el traslado de los religiosos con ébola fue un desatino se ha vuelto la vista al origen, a aquella decisión atolondrada de un gobierno fanfarrón y beato.

       Cuando hay asuntos de envergadura nacional los ciudadanos suelen mirar a la televisión pública para seguir la evolución de los hechos, es decir, la gente veía en TVE un refugio de credibilidad, limpia de alharacas, sabía que estaba en buenas manos porque iba a ser informada con rigor, pluralidad de puntos de vista, y practicando lo único que debería dar una tele pública, periodismo de calidad, sin ataduras políticas. Pero eso es pasado. Es la primera vez, ante un caso de notoriedad nacional como el virus del ébola, que la gente prefiere informarse en Telecinco y Antena 3 que en TVE, vejada y humillada por las cadenas privadas. Es comprensible, pero insoportable. Estas secuelas del ébola no son tan baladíes como pudiéramos pensar. Alguien debería de mirárselo. Y dimitir. 



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