miércoles, 16 de julio de 2014

Maldeojos. De Ramadán



De Ramadán
(Artículo publicado el martes, 15 de julio, en diarios de EPI PRESS)

      Dentro de una semana también yo estaré en Marruecos, y también viviré los últimos días del mes sagrado musulmán, el Ramadán, ese mes que las televisiones despachan cada año de la misma manera, igual que lo han hecho este, es decir, se acercan a una familia, casi siempre marroquí, que vive en España, y nos enseñan una mesa repleta de alimentos que sólo se comen cuando en la tarde no se distingue un hilo blanco de otro negro. Millones de personas viven este ayuno en todo el mundo. Que Mohamed VI, como ya hiciera con el rey Juan Carlos I, reciba a Felipe VI en estas fechas tan especiales, donde la vida en el país vecino da un vuelco y el día no parece día y la noche no parece noche, contiene en el lenguaje diplomático un guiño, un valor añadido, una deferencia que pocos jefes de Estado han recibido.

      Hemos visto imágenes de la cena de anoche en los jardines del palacio real de Rabat. Y como esas cenas se prolongan, los reyes de España hicieron noche allí. Al ser un mes de mucha relación familiar, de mucho esfuerzo por dominar los instintos más básicos, sea comer o beber, la visita de la familia real española en Ramadán es un privilegio. De ese Marruecos oficial sólo hemos visto unos minutos de imágenes con comentarios que ya habíamos escuchado en la visita de hace unos días a otro país vecino, a Portugal. Pero al margen de la diplomacia y de la suntuosidad de la cena de agasajo, como si las familias reales se vieran por estas fechas como tantos otros parientes, la mayoría de ciudadanos vive el Ramadán de otra manera. Y aunque no sale en la tele es la que emociona.


 
Imagen de la recepción oficial marroquí al jefe de Estado español en los jardines del palacio real, en Rabat. Lo destacables es que esa visita se haga en ramadán, una deferencia que se da con quien hay una relación casi familiar.

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