viernes, 10 de enero de 2014

Maldeojos. La cultura, esa cosa



La cultura, esa cosa
(Artículo publicado el jueves, 9 de enero, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)

      Puede haber gente informada, aunque de forma caótica y confusa, pero cada vez hay menos gente culta porque la cultura, esa capacidad para relacionar las cosas, está relegada a un rincón donde sólo parece habitar los especialistas. Escucho embobado a Mario Vargas Llosa conversar a la caída de la tarde, ya de noche, con otro escritor, Benjamín Prado. Fue una charla pausada, placentera, extraña, casi extravagante en la televisión de hoy. No sólo por el tono relajado y reflexivo sino por la altura intelectual de la charla, considerando al espectador, si no “especialista”, sí al menos interesado en las derivadas de la creación literaria. Esta televisión ya no se ve. Por ningún sitio. Ni por la forma ni mucho menos por el fondo. Frente al guirigay y la banalidad burda, la tele que te dignifica como espectador. 

      ¿De qué hablo? Por supuesto de La 2, y de Atención, obras. Es un informativo cultural con formato de revista, es decir, sin la rigidez de un noticiario al uso. Lo presenta Cayetana Guillén Cuervo, que aquí se maneja en un plató menos sofisticado que el de Versión española. Es una hora dedicada a los estrenos más variados de cine, teatro, ópera, a las grandes exposiciones de pintura, como la de Goya en París, o la propuesta del director teatral  Álex Rigola sobre la inmigración convirtiendo en activos a los espectadores, que “vivirán” en Migriland su propio calvario. Atención, obras, te pone frente a un mundo que es ajeno a la tele de hoy, con sus propios héroes, villanos, eminencias, valores, pero donde no caben ni Llosa, ni Rigola, ni Prado, ni tanta cultura, esa cosa. 
Cayetana Guillén Cuervo, presentadora de Atención, obras, en el plató del programa que La 2 emite los viernes a las 8 de la tarde.






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