domingo, 15 de diciembre de 2013

Maldeojos. Un 902



Un 902
(Artículo publicado el sábado, 14 de diciembre, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)

      Me dirijo a usted temblando como un pajarillo, por si se harta de un servidor y le da por liármela parda. Por ejemplo, cortándome la luz, o enviándome un recibo del copón, por error, pero que mientras sí, mientras no, usted, querida, se lava las manos. A veces, en mi casa, en mi pueblo, sigue yéndose la luz. Perdón, ya sé que es por nuestro bien, y que siempre, siempre, están arreglando a mejor las cañerías. Pero a veces, reconozco que por impaciencia desmedida, que tampoco pasa nada por no enviar el artículo a su hora o que las cuatro cosas que tenga en la nevera se vayan a la mierda, va uno y llama a su querida Endesa, eso sí, sin molestar mucho. Y resulta que el número al que hay que llamar para preguntar o, vale, protestar un poquito, es un 902. 

      Querida compañía. Si hay avería o error por su culpa y uno necesita hablar con usted, me cobran la llamada. Ay, qué pilla. No se le escapa una oportunidad de negocio. El otro día contaba un amigo que Iberdrola le cambió la domiciliación bancaria, teniendo que llamar varias veces para solucionar su error, temiendo que le cortaran el suministro. Después de visitas al banco y pérdida de tiempo, en su recibo de teléfono le aparecen 5 euros de más. Por llamar a un 902, el de su querida compañía. Ambos, y seguro que miles de lectores, entienden que entre pitos y flautas sacar sueldos como el del querido consejero Josemari Aznar, que se lleva al año 200.000, es arduo. Así que, queridas eléctricas, olvídense de lo dicho. No faciliten un número normal. Sigan con el 902. Tacita a tacita… Y perdón, ¿eh? ¿De la tele?, si no se va la luz, hablaremos otro día. 

Estos ejemplares son ejemplo de la desfachatez con que, desde el Gobierno, ayudan a las compañías que luego, cuando dejan la política, los acogen con sueldos astronómicos para pagar los favores a costa de los de siempre, tú, yo, el otro, y el de la moto. Y a seguir viviendo, y a serguir riendo, ajenos al mundo... Véase la sonrisita de Josemari Aznar, al que le importa una mierda que Endesa, Iberdrola, y la madre que los parió, suba el recibo de la luz, se cague en nuestros muertos, y cobre un pizquito por llamar a la compañía desde un 902.


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