martes, 10 de diciembre de 2013

Maldeojos. Esquinados en la pantalla



Esquinados en la pantalla
(Artículo publicado el domingo, 8 de diciembre, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)

       Seguro que ellos no se sienten esquinados, ni ellas, diría corriendo Susana Díaz, la jefa andaluza, o cualquier sindicalista de clase –y, en los últimos tiempos, clasista, de esos que saben distinguir una angula a mil el kilo de una imitación de acuario que se vende al por mayor-. Tal vez sea uno, con su mando, quien los esquine. Yo acumulo un montón de esquinados, es decir, sé que andan por la pantalla, que tienen sus programas, incluso que algunos, y algunas, insiste el dimitido sindicalista andaluz, el de la UGT, Francisco Fernández, ese menda que, como ha dicho el escritor José Antequera, ha pasado de las barricadas a las mariscadas, hacen audiencias envidiables, tienen su público, y las cadenas, cuando ven que se les va acabando el contrato, les ponen un lápiz delante para que firmen por otros tantos años. Uno de mis esquinados olvidados, pero preferidos, es Jorge Fernández. No confundir este Jorge con Jorge Fernández, el ministro de Rajoy, el de la Ley de Seguridad, esa burla a los derechos ciudadanos, el de las cuchillas sobre la valla de Melilla para rebanar carne negra intrusa, el católico que con una mano se tapa los ojos ante semejante pecado, y con la otra comulga para olvidar. Casi estoy en condiciones de decir que su nombre, el del primer Jorge, no acaba de situarlo en el plasma. ¿Ven? Es un auténtico esquinado. Pero si les digo que es el presentador de La ruleta de la suerte, la cosa cambia. Es un tipo noble, eso que se conoce como buena gente. Ahora, además de en su clásico de Antena 3, de la tele en general, colabora con Intermon Oxfam en su lucha contra el hambre infantil. Jorge Fernández es un esquinado con cara. Pero los hay con mucho nombre, pero sin ella. Seguro que si escribo aquí Julio Somoano sabe quién es. ¿Pero le pone cara? El Consejo de Informativos de TVE no se anda con tonterías, y se la señala apuntando con el dedo. Como director de los mismos se dirigen a él para darle un varapalo porque  se “evitan y minimizan noticias polémicas para el Gobierno” y se “banalizan los contenidos”, tal como aquí hemos dicho hasta el aburrimiento, por lo que, concluye este Consejo, del tiempo de la “burda manipulación de Urdaci” se ha pasado a la burda manipulación de Somoano”.

Jorge Fernández -no confundir con el ministro de Rajoy, con el muy católico gendarme que pone cuchillas sobre las vallas de nuestras fornteras para que el negrito, poco a poco, se desangre por su atrevimiento- en el plató de La ruleta de la suerte, un clásico de los esquinados en la pantalla.



El aceite del moro
      Entre los esquinados no sólo hay nombres y personas, también hay programas. Por ejemplo, Equipo de investigación. Lo narra Gloria Serra, y se emite en La Sexta. Con el tiempo ha ido cogiendo solera, se ha olvidado de “investigar” chorradas propias de un magacín mañanero que persigue “exclusivas” sobre tarugos nacidos de papás muy famosos, o a los propios famosos, y se mete en olivares de Jaén, donde apenas quedan aceituneros altivos, para denunciar que hay empresarios sin escrúpulos que compran aceite marroquí aunque luego lo etiquetan como español. Ojo, que conste que el aceite de Marruecos, sobre todo el de la zona de Meknés, una de las ciudades imperiales, con su amurallado palacio y con una de las puertas de entrada al recinto más impresionantes del país, es de una calidad excelente, y lo sé por experiencia, con aromas intensos, con un verde de olivos aireados en cerros de tierra roja, y con un sabor a aceitunas antiguas. Pero ese dato se oculta. Es un engaño al consumidor. El programa llevó a Marruecos a un equipo dirigido por Begoña Chamorro. Por cierto, si Equipo de investigación es un esquinado, la propia Gloria Serra, con su enfática y afectada narración, también lo es. Pero insisto, cuando se olvidan de morbosos y amarillentos asuntos, bordan el programa a pesar del excesivo uso de la cámara oculta y su tendencia al sensacionalismo. Vaya, hablo de sensacionalismo y se me viene a la cabeza Telecinco y Cuatro, pero hay que ser honestos y, entre la cochambre y la frivolidad ramplona, destacar el trabajo que hace, y muy bien, Jesús Cintora en Las mañanas de Cuatro. El esquinado lo hace tan bien que maneja con delicada soltura a gacelas despiadadas como Isabel San Sebastián que dice entender a Alberto Fabra porque es mejor tener hospitales y colegios que no una tele deficitaria. Venga, mujer, tómate una tostada con aceite del moro. Y échate a un lado, que esquinada en 13TV estás más mona.

Gloria Serra, narradora de Equipo de investigación, imprime a los textos un aire afectado, sin frescura, aunque el programa, cuando se centra en investigaciones serias, funciona muy bien. Una y otro cumplen las reglas del esquianado.



Basura en La 1
¿Hay esquinados en política? Sí, a su pesar. Hace unos días, un cachorrillo del PP, de la camada de sus Nuevas Generaciones –pánico me da, dolor de muelas, temblores de algo como la muerte si así viene esta gente-, un tal Luis Miguel Santigosa de la Riva, pedía que se dejaran de hostias los de su partido en el Gobierno y en vez de cuchillas en las vallas de Melilla, que sólo desgarran, desangran, y matan con lenta y aburrida mala imagen, las electrificaran. Para ser infalibles. Negrito que tocara, a la mierda el negrito. Él lo dice así, “con cuchillas o sin cuchillas lo cierto es que se cuelan cientos de ilegales día sí y otro también, y ya estamos hartos todos”. Por tanto, la valla de “Ceuta y Melilla debería estar electrificada, y si no, poner medios para que nadie la atraviese”. Este esquinado llegará lejos. ¿Quién iba a decir que una esquinada, bajo el inmóvil labio o entre la pura fibra del pechito de su marido, Ana Botella, absurda como Rosa Benito, esquinada de Rocío Jurado, llegaría a la cumbre de ser la Belén Esteban de la política? Pues este pavoroso menda, igual. Al contrario, ni frío ni calor, esquinada a la fuerza, ahí está Marta Solano. ¿Tampoco le suena? Lógico. Si España directo es hoy por hoy una presencia irreverente, su presentadora parece no existir. Lo triste del programa es que, al cabo de un siglo, me encuentro con que tiene una “tertulia de actualidad”. En vez de conexiones para decir que, fíjate, nieva en invierno, hablan de Miguel Ricart, el condenado por el crimen de las niñas de Alcásser, que está en la calle. Y luego, con una musiquilla inquietante, sobre el crimen de Asunta, la niña gallega. No hay remedio. Basura en la televisión pública. En algunos casos, hay injustos esquinados. En otros, no deberían salir del córner.

Marta Solano en el plató de España directo, un intento fallido de programa, y mucho más ahora, con contenidos de un sensacionalismo morboso que husmea en el suceso impropio de una televisión pública.



La guinda        
Los vecinos
Chapó. El estreno de la sétima temporada de La que se avecina, serie de disparatado humor en Telecinco que no sigo con devota fidelidad, regresó el lunes con una fuerza pasmosa. Ni la marchita La Voz ha podido con El tiempo entre costuras de Antena 3. Lo han hecho los vecinos de esta comunidad peculiar. En el arranque estuvieron Fernando Tejero, Antonia San Juan, y María Adánez. Seguro que nos divertirán.

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