viernes, 15 de febrero de 2013

El origen del mundo



El agujero

     Entré con urgencia a la primera puerta que estaba abierta, y bajándome el pantalón me senté para descargar el retortijón que anudaba mis tripas. El bombazo sonó con eco en aquel servicio público de olores nauseabundos y trasiego incesante de transeúntes anónimos. Más aliviado fui leyendo las frases escritas en la puerta con mensajes de chicos que dejaban sus teléfonos por si querías un servicio completo, de viejos sin dentadura que limitaban la edad del destinatario de su magisterio, de 18 a 30 años, abstenerse locas y viejas, que para eso estoy yo, de avisos para el rearme moral de los auténticos patriotas dispuestos a cargarse a tanto maricón suelto, mensajes a veces con la tinta diluida por chorretones de una pasta densa, amarillenta, que descendía en línea recta hasta formar una perla diminuta que testificaba el momento de placer estampado en la madera cochambrosa. Y entonces me di cuenta. En la pared de la derecha, a la altura de mis ojos, lo que en un principio me pareció una mancha negra, era en realidad un agujero hecho en el tabique contiguo, y una boca abierta con unos labios rojos, como un coño impúber, me invitaba a entrar. Y lo hice. Me levanté. Coloqué mi caciquil deseo en el agujero notando cómo aquella boca desconocida me sorbía tragándose el rabo una y otra vez, que si al principio estaba cohibido, nervioso ante una situación inesperada, revivió en dos chupadas maestras sacándome en unas cuantas mamadas hasta el último caldo de mis entrañas.
      
      -Quién eres?, pregunté en un susurro, pero nadie respondió al otro lado del insalubre tabique. 

      Me vestí rápido, salí del váter y abrí la puerta contigua, pero sólo vi en el suelo un charquito blancuzco entre orines y restos de papel manchado.

4 comentarios:

  1. Siempre admiré tu forma de narrar las cosas, siempre fue literatura desde la amable y romántica narración históricas hasta la más delicada en tus entrevistas pasando por la vulgar y extraordinaria historia erótica. Lo tuyo es esto, dejarnos ver a través de tu narración las situaciones del género erótico que, para lujo de quienes te leemos, invadirán este blog. Felicidades

    Ángela

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    1. Gracias, Ángela, eres un sol. Te agradezco que destaques el valor literario -en realidad es lo primero que me importa- cuando escribo, aunque sean historias de sordidez humana. Esta serie nació como un divertimento. Y quería compartirlo con vosotros. Espero que os vaya gustando. Un beso.

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    2. Que ganas de leer cosas interesantes y reales..como siempre me haces disfrutar.......

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    3. Me alegro. Esa es la idea. Escritos para la comunidad. Para disfrutar un poquito, y la lectura es uno de los grandes placeres.

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