lunes, 10 de octubre de 2016

Maldeojos. Canijo



Canijo
(Artícuklo publicado el sábado, 8 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
     Me gusta la palabra canijo porque cuando la he usado casi siempre ha sido en sentido cariñoso, y no siempre porque alguien esté delgadito, tenga cuerpo juncal, o esté débil y enfermizo, como dice la RAE. Canijo también es un crío chico, un adolescente que aún no hirvió. La 1 emite los domingos por la tarde Poder canijo, seguro que con la idea de hablar del poder de los niños. En este caso del poder de los peques en edad escolar para dejarse enseñar por los docentes en sus colegios, docentes que, como la profesora Pilar López, vestida con una capa y hablando muy rara, de superheroina, enseña matemáticas a una clase de adolescentes que la miran como lo más normal del mundo, aunque creo que pensando que está flipada. El aula es de ensueño. Pocos niños, un plasma enorme, y unos niños modélicos.
     A lo largo del programa salen otros profesores con innovadores métodos pedagógicos. Hay que alabar su disposición, y ensalzar su tesón, y sus logros. Pero estamos hablando de un programa de televisión. ¿Quién lo presenta? Pues Juan y Medio, el presentador con más curro del mundo, casi parejo a Jorge Javier Vázquez. ¿Funciona el programa? Casi que no. La intención es buena, adecuada para la tele pública, pero el resultado es pobre. Pretende ser divertido –de la Letra con sangre entra, que pintaba Goya, se pasó a la letra con risa entra-, pero sólo es aburrido. La presencia de dos muñecos, Tikis y Mikis, como Trancas y Barrancas en El hormiguero, acentúan el batiburrillo. Dan ganas de matarlos. Sin remordimientos. Sus risas copian la de los peluches de Pablo Motos. En resumen, intento fallido de programa. Resultado canijo.

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