viernes, 22 de abril de 2016

Maldeojos. De citas



De citas
(Artículo publicado el sábado, 16 de abril, en diarios de EPI PRESS)

      Se lo han limpiado. Al fin. No es que la casa se haya adecentado de repente, pero algo es algo. A los tarambanas histéricos, sobreactuados y repelentes de Gym Toni, que han agotado hasta el ridículo su agonía, no les han renovado. Ni la cadena sabía qué hacer con una serie tan majara, pero majara sin gracia ninguna. Se acabó. En su lugar, a eso de las 9’30 de la noche, llega Primeras citas. Ah, no, perdón, que la cosa hay que decirla en inglés, que queda más… Que queda así, First dates. Es como cuando en los anuncios de detergentes o cremas hidratantes te meten términos en inglés tratando de realzar con esa literatura acomplejada los beneficios de su uso. Vale, First dates. Es el regreso a la casa -¿que lo parió?- de Carlos Sobera, que vuelve a Mediaset a través de Cuatro. El juego es simple. No te conozco, no me conoces, pero quedamos en un restaurante para conocernos, y lo que surja.

      He visto las promociones de la cadena. Puro Cuatro. O sea, puro Mediaset. ¿Dónde escogen a los concursantes, o como haya que llamar a la fauna que se presta a la gran mascarada? ¿Es que esta gente, la cadena, no ve gente normal por la calle? Hasta la camarera del anuncio es de pega, con la faldita picardía que le llega al ombligo. Otra burla con el amor como excusa. Sin piedad. ¿Cuántos de los que se sentarán frente a frente van buscando el amor o, rechazados en decenas de selecciones para otro tipo de programas, se han colado por ver si ahora sí suena la flauta? Con su pan se lo coman. El estreno, el domingo, es en todo Mediaset. Luego se quedará en Cuatro contra El hormiguero y El intermedio. Veremos si la audiencia pasa de la primera cita.  

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