lunes, 4 de abril de 2016

Maldeojos. El poder



El poder
(Artículo publicado el sábado, 2 de abril, en diarios de EPI PRESS)

      Hace unos días los programas de crónica pálida nos contaron la crónica del cumpleaños del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Lo hicieron, claro, en clave rosa. Las amigas de Inés Ballester hasta elucubraron sobre ese amor renacido en la pareja, tanto por parte del octogenario –muy guapo, muy buena planta, decía Rosa Villacastín-, como por parte de la ex de Julio Iglesias, como si la vida les diera otra oportunidad, quizá la última, aunque con Isabel Preysler, apunto yo, nunca se sabe. La noticia de ese evento personal adquirió categoría de noticia de alcance que escaló hasta un cachito de los informativos, y por supuesto muchos minutos en los magacines. Aún colea la cosa, que se analizó desde el punto de vista de la frívola banalidad. Los invitados, cerca de 400, eran saludados por el anfitrión a la puerta del hotel de celebración.

     Dicen las crónicas que había presidentes de Gobierno, ex presidentes, políticos, artistas, gente del showbisnes, banqueros. Vi a Rajoy, Aznar, González, Rosa Díez, o Rivera, es decir, la derecha política, con sus ministros y sus cosas. Gente del Íbex. Ninguno de los 400 invitados tiene problemas para llegar a fin de mes, para pagar la luz, pero más de cuatro y más de veinte y más de cincuenta de los que andaban por el Villa Magna de Madrid han trabajado para que millones de españoles tengan dificultades para llegar a fin de mes y no puedan encender la calefacción. Nada que objetar a la felicidad que da el amor, nada que objetar a la celebración personal de tu 80 cumpleaños. Otra cosa es la exhibición del poder, su descarnada representación, tan pornográfica en lo económico, tan obscena en lo social.

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