domingo, 1 de noviembre de 2015

Maldeojos. Pezqueñines



Pezqueñines
(Artículo publicado el jueves, 29 de octubre, en periódicos de EPI PRESS)

      Es todo un clásico. Supongo que lo recordarán. Es cuando en la tele nos hacían una afirmación que cuajó en la sociedad. Pezqueñines ¡No, gracias!, respondía una voz tratando de proteger a los pescados que no debían de comerse pequeños, tipo chanquete, porque jamás comeríamos boquerones. Era una campaña para evitar la pesca y luego consumo de frutos del mar que no tuviera su tamaño adecuado. De esto hace más de 20 años, pero aún se recuerda. La campaña que estos días ha presentado Greenpeace con un acierto indudable no habla de peces sino de humanos. Que el niño que fuiste no se avergüence del adulto que eres, dijo en El principito Antoine De Saint-Exupery –visité su museo en Tarfaya, uno de esos lugares remotos en los que jamás puedes imaginar que exista un museo, ni de Exupery ni de nadie-. La frase es el lema de la campaña.

      Cinco niños de nueve años clonados como los cinco políticos con posibilidades de gobernar este país dentro de unos meses simulan ser Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Da yuyu. Son iguales, coño. Es una mezcla de repelús y ternura porque viendo al Rajoy niño –esa carita, esa barbilla rala, esos ojos aún sin espasmos al mentir, esa expresión de pezqueñín tristón- uno piensa que aquel niño no tiene culpa de nada. Los programas, y la mayoría de informativos, han pasado imágenes de esos críos y del cómo se hizo. Es como si se prepararan  para una emisión especial de Tu cara me suena y se hubieran puesto en manos de excelentes estilistas y maquilladores. Visto lo visto, y sabiendo el mensaje –que los políticos no se olviden de proteger el medio ambiente- hay que decir, ¿Pezqueñines? Sí, gracias.  

A mí me da un poco de telele. Es una mezcla de repelús y ternura... Son iguales, coño...

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