miércoles, 9 de octubre de 2013

Maldeojos. Estrategia ideológica



Estrategia ideológica
(Columna publicada el martes,  8 de octubre, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)


      Si el concurso lo emitiera una televisión privada, La 1 estaría haciendo palmas con las orejas porque Uno de los nuestros, una tontuna musical cuya orquesta se llevó por delante a Informe Semanal, se impuso al maloliente pastel putrefacto que prepara para la noche del sábado en Telecinco Emma García, que ni con el escote a tope remonta la audiencia. Si Uno de los nuestros se emitiera en una televisión privada, uno diría que Uno de los nuestros es un concurso más que apuesta por el cante, da igual qué formato use, da igual qué presentador tenga, da igual con qué jurado se monte el juego del suspense, un suspense con menos suspense que un político hablando de brotes verdes. Pero Uno de los nuestros se emite en la televisión pública. Y los sábados. En el horario de Informe Semanal


      Claro que la tele pública debe de competir por eso que pone tan nerviosas a las televisiones privadas, la audiencia. Por supuesto, y aquí lo hemos defendido muchas veces. Pero no a cualquier precio. Debe de luchar para que el Telediario sea el referente informativo que era, pero con un sumario donde el suceso, y de forma descarada, no ocupe un lugar vergonzoso. Debe de luchar volviendo a una imparcialidad política que hace tiempo perdió, y con ella, la audiencia, que no se cree esa información manipulada. Con el resto de programas, igual. Lucha por la audiencia, pero a la altura de una televisión pública. Devaluar Informe semanal, relegado a la madrugada, es estrategia ideológica, no apuesta por la audiencia. El concursito, el jurado, y lo demás, paja.  


La televisión banal, el entretenimiento simplón y de fácil consumo -eso es Uno de los nuestros, La 1, noche del sábado- se ha llevado por delante a una de las señas de identidad de la televisión pública de calidad, la que apostaba por un periodismo pegado a la actualidad sin mirar si hacía o no daño al Gobierno. El Gobierno de Zapatero apuntaló esa independencia hasta hacerla desconocida en nuestro país y valorada y premiada en el exterior. El Gobierno de Rajoy, con el brazo ideológico instalado en el corazón de TVE, y con Julio Somoano como jefe de Informnativos en su papel de ejecutor sin complejos, han tirado por tierra esa independencia. Su descaro no conoce límites. Uno de los nuestros se ha limpiado en una semana a Informe Semanal, cuya audiencia, emitido en la madrugada del domingo, fue residual, es decir, la razón que andan buscando para eliminarlo del todo. ¿Y? Nada, nada. La gente no se echa a la calle por estas naderías. Ni dejará de votar al PP por nimiedades que parece que sólo son importantes para algunos comentaristas de televisión.

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