Conseguido
(Artículo publicado el sábado, 12 de octubre, en diarios de EPI)
Yo provoco que me peguen, me gusta, me tiro encima de los
vigilantes, y si consigo que me den una paliza, mmm, después me masturbo. Habla
un perturbado que dice tener, según los siquiatras, un cuadro sicopático con
doble personalidad, términos que parecen excitarle también, aunque no como para
masturbarse encima, vamos, delante de ti, de la cámara, de la señorita que lo
entrevista, Alejandra Andrade,
reportera corajuda que este jueves volvió a meterse buscando Encarcelados españoles en una prisión de
Costa Rica. El que habla no es español, pero hace un retrato descarnado de un
lugar al que, hagas lo que hagas, jamás quisieras ir. Ya dijimos aquí que Encarcelas, superando la vena morbosa
que conlleva este tipo de programas de televisión, que oscilan entre el lógico
entretenimiento y el reporterismo audaz, tiene un poder de denuncia formidable.
Gracias a sus entregas, algo se va consiguiendo. Lola Sánchez, prisionera en Bolivia,
habló de su cáncer de mama no tratado. Las autoridades de allí y de aquí
pusieron en marcha la máquina y hoy, apenas hace una semana, Lola volvió a
España indultada tras pasar cinco años en la cárcel. El programa no juzga, y
por supuesto no es paternalista tratando de hacer bueno porque sí, por el hecho
de estar preso, al delincuente, que violó las leyes de esos países, lo que hace
es retratar una atrocidad porque las condiciones de reclusión son inhumanas.
Cada historia pone los pelos de punta. La de Jesús García, de 23 años, es una de ellas. Su madre, a través de
Change.org recoge firmas para que Perú lo traslade a España. Su vida no vale
nada si no paga a las mafias. Ojalá lo consiguiera.
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| Imagen de Encarcelados, programa de La Sexta en el que Lola Sánchez contó su situación en la cárcel boliviana donde cumplía condena. Ver las entregas de estos reportajes al límite es entrar a un infierno que horroriza. |
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