sábado, 10 de marzo de 2018

Maldeojos. Carmen y Sandra



Carmen y Sandra
(Artículo publicado el jueves, 8 de marzo, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Veo en una sección que no conocía de El intermedio a dos mujeres, una frente a la otra, en un plató desprovisto de adornos ni exceso de luces. La intención es clara. Se prima el contenido de la charla sobre cualquier otro. No es Chester, para entendernos. La sección se llama Mujer tenía que ser, y la defiende Sandra Sabatés, que la otra noche invitó a la grandísima Carmen Sarmiento, uno de esos nombres que ha ido esculpiendo con letras gordas nuestro periodismo, en su caso con un legado forjado en TVE, una tele que fue referencia de credibilidad, con productos como Los marginados que hoy, con una RTVE en manos de esforzados esbirros que trabajan para el Gobierno y el Partido Popular en el poder, sería impensado. Sólo hay que ver el meticuloso desmantelamiento de Informe Semanal, que fue referencia de periodismo de calidad, el único posible.

     Escuchar a Carmen Sarmiento, hoy retirada, viendo desde cierta distancia el momento que vivimos pero sin perder su capacidad crítica y combativa que la distinguió, es uno de esos placeres que a veces nos regala la televisión bien hecha. Contó que le costó un ovario y parte del otro convencer a los señores de los que dependía para que alguien como ella, es decir, “una mujer”, fuera enviada a zonas en guerra –Nicaragua, Salvador, Etiopía, Líbano-, cuando ese cometido era “cosa de hombres”. La austera sección de El intermedio da voz a mujeres con mucho que decir –sí a la huelga de hoy, decía Carmen, porque sigue habiendo una violencia machista brutal, y por eso queremos la mitad de cielo y de la tierra-, y también deja claro, muy claro, que Sandra Sabatés es algo más que un bello busto parlante. Enhorabuena, Sandra, mujer tenías que ser.

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