viernes, 23 de junio de 2017

Farsantes. Maldeojos



Farsantes
(Artículo publicado el martes, 30 de mayo, en diarios de EPI PRESS)

     Las cosas como son. No todo en Cuatro está perdido. No todo en Cuatro tiene ese aire de cadena sin fuste, sin definición, de cadena que da palos de ciego a ver si en una de esas tira la cucaña y cae el maná, o de la calidad, o de la audiencia. En Cuatro, lo juro por la tila que Rajoy el desvergonzado recetó al senador de Podemos Ramón Espinar, no todo es First dates, la flauta que suena tan fuerte que es el estandarte de la cadena. Metido en una programación deslavazada, En el punto de mira es un buen programa de reportajes de investigación con reporteros salidos, la mayoría, de las faldas de Ana Rosa Quintana y su matinal. Es su productora, Cuarzo, la que se encarga de poner en marcha la maquinaria, pero no quiero ahondar en ese detalle por si empiezo a ver la mano que mueve esta cuna y se me bajan las ganas de alabanza hasta el tobillo.

     Fraudes alimenticios, farmacéuticos, falsos médicos, tráfico de drogas, de animales que no deberían haber salido de sus entornos, viviendas okupadas, en fin, una lista atractiva que, por ahora, no sigue el rollo de Samanta Villar, obsesionada con todo lo que oliera a sexo y semen. El último En el punto de mira que he visto nos acercó al mundo de las falsas terapias alternativas para combatir el cáncer. Ponía los pelos de punta. Llegaron al cabeza de una organización que abandera una cosa llamada Bioneuroemoción y lidera Enric Corbera, un estafador al frente de una secta que promueve el fraude sanitario en palabras del experto Emilio Molina. El programa desveló el método con el que este emporio, con instituto y todo en Rubí, convence a miles de personas. Asusta lo que se dice. Y espanta que alguien por dinero no ponga límites a su capacidad dañina.


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