miércoles, 18 de enero de 2017

Maldeojos. Por culo



Por culo
(Artículo publicado el martes, 17 de enero, en diarios de EPI PRESS)
      En la cadena Bedaya de Arabia Saudí, en el concurso para jóvenes Increase your credit, algo así como una guía para aumentar las expectativas laborales, para ganar dinero y para ahorrarlo, uno de los concursantes agarró por la cintura a otro, y simuló, con movimientos exagerados, de broma, que mantenía relaciones sexuales con el chico. Oh. La que se ha liado. Las redes se incendiaron. La escena perturbó tanto a la audiencia que se pidió al gobierno que se prohibiera el programa por indecoroso, pornográfico, por insultar a la religión –con un par de cojones-, por escena de una suciedad insoportable, y por emitir –cágate, lorito- porno gay. No sé si el turbante les fríe el seso a estos machos y ven cosas que nadie ve, quizá temiendo, o deseando, que algún amiguito les levante la chilaba, el thawb, y los ponga mirando a la Meca. ¿Porno gay? La hostia.
     En Arabia Saudí la homosexualidad no sólo es ilegal –hay que estar zumbados para ilegalizar lo natural, algo así como si se ilegalizara tener los ojos de color caramelo- sino que te puede costar la vida. El delirio de la ingenua escena de “porno gay” llegó al estrambote de que la cadena ha hecho público que el concursante ha pedido perdón  por sus actos ante la audiencia, ante la religión, y ante dios. En ese país, que podría echarse a la calle por gilipolleces de este calibre, nadie se mueve por el sometimiento de manera sistemática de la mujer, un cero a la izquierda, ni por el machaque sin recato de los derechos humanos, ni por la falta de libertades, ni porque eso de la democracia es una cosa del diablo. Pero son nuestros aliados, coño, y hay negocios que atender. Al país del porno gay ha llegado Felipe VI. Ojo, majestad, que los beduinos la tienen muy grande.

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