domingo, 27 de marzo de 2016

Maldeojos. Chema Gil



Chema Gil
(Artículo publicado el jueves, 24 de marzo, en diarios de EPI PRESS)

     Los terroristas que matan en nombre de un Alá inexistente, que avergüenzan a millones de creyentes musulmanes, han vuelto a matar en Bruselas, y las televisiones de nuestro país, al producirse la masacre en horario de magacines, cambiaron sobre la marcha los sumarios para conectar con corresponsales, españoles en Bélgica, periodistas del país atacado, políticos de primer rango, y expertos en terrorismo. Sin mirar a la pantalla, en casa, mientras me hacía el desayuno, escuché la voz de alguien que me resultó familiar, una voz que me llegaba del pasado pero apenas había cambiado, porque cambia la cara, el cuerpo, incluso tus ideas, pero no la voz. Esa voz la conozco, me dije. Presté atención mirando, ahora sí, a la pantalla, pero no vi a quien esperaba. Pero me di cuenta de que un rótulo presentaba a Chema Gil Garre como experto en terrorismo, y que Chema no estaba en el plató sino hablando para Espejo público por teléfono.

     Dijo cosas que luego, también al teléfono, el ministro Margallo subrayó. El terrorismo yijadista no es cosa de lobos solitarios. Pero a mí me llamó más la atención una frase, la idea de que los terroristas con sus atentados consiguen nuevos escenarios. Es decir, que estos criminales no sólo se llevan por delante a puñados de inocentes sino que desde ese momento logran una reacción en cadena que afecta a nuestras vidas, y ese es uno de sus triunfos más valiosos porque esa reacción es justo lo que persiguen, que el miedo sea un sujeto más en “la vida del infiel”. Escuché con atención lo que decía Chema, como los tertulianos del programa. Para ellos “sólo” es un experto en terrorismo. Para mí, Chema es parte de mi vida, de un tiempo de información trepidante, un amigo muy listo. 
Chema Gil en una imagen de archivo en una de sus muchas intervenciones en la tele -en este caso en La Sexta-, hablando de terrorismo jihadista.


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