La
clepsidra de Risto
Por ahora no
levanta cabeza. No hacer ni el 3% de audiencia no sólo no es levantar cabeza
sino que, como te descuides, te la cortan. La cabeza de Risto Mejide está en peligro, diría Mejide si se dirigiera a los
acojonados –o divertidos- concursantes de lo que quiera que concursen, o
pensara como publicista en alguna estrategia de ventas. Pero no, el Risto de
hoy es un Risto empresario, creador, productor, inventor de un concurso
vespertino en donde se compra tiempo para alcanzar el sueño de llevarse a casa
100.000 euros. Menos mal que Luján Argüelles,
la desenvuelta presentadora, no ha dicho aún euracos. Hablo de Money Time, que Cuatro emite –por ahora-
en sus tardes. Pero la cosa parece que no funciona. Y es una lástima. El
concurso, un producto español cien por cien, como han resaltado –ahí está el
publicista Risto-, es bueno.
La clepsidra
–vale, reló, pero es más bello decir clepsidra, y Luján lo dice todo el rato-
es una máquina que en vez de contar el tiempo con arena lo hace con monedas de
euro. Tanto gastas en tus respuestas, tanto te quitan de los 100.000 euros. Es
una idea tan perversa y atractiva como inquietante. La ironía de esta historia
es que la clepsidra de Risto Mejide, y con él las decenas de personas que
trabajan en el concurso, se puso en marcha el mismo día del estreno. Y Paolo Vasile es el ojo que vigila el
tiempo del éxito o el fracaso en Mediaset. ¿Cuántas monedas de euro le
permitirá gastar al equipo en Money Time?
¿Dará tiempo a ver publicada esta columna antes de que sea retirado? Si el
lector no sabe ni de qué estoy hablando, la cosa es más que dramática. He dicho
que el concurso es bueno, y lo es porque no es malo. Pero su muerte no causará
espanto.
El reló que preside el decorado de Money Time, una clepsidra que continúa su vuelta atrás... peligrando la cabeza de Risto Mejide. |
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