Criar
rosas
Es todo un
programa en sí mismo, un espectáculo. Hablo de la información del tiempo en
Antena 3. Lo lleva un artista de la gestualidad y el embeleso, aunque hay
embelesos que los carga el diablo y espantan. Roberto Brasero es el artista. O te lo tragas, o no lo quieres ni
en pintura. A este hombre le dan tres cuartos de hora, sí, sí, cuarenta y cinco
minutos para explicar las previsiones del cielo. Mucha tela para rellenar
hablando de si llueve o escampa, de si hará frío o tendremos que sacar el
tanga. Así que Brasero ha de inventarse el mundo. Imaginación no le falta. Le
falta tiempo para hablar del tiempo. En cuanto acaba el noticiario de la cadena
empieza el tiempo de Brasero. Es verdad que al hombre le meten publicidad hasta
en los calzoncillos, pero también que entre ese final y el principio de Amar es para siempre, la tele es de
Brasero.
Cuando por fin
irrumpe en el mega plató, abrochándose la chaqueta, y parándose en seco ante el
plasma más grande que mente humana concibiera jamás, al del tiempo le toman un
primer plano, y ahí empieza el mosqueo. Mira a cámara, de golpe abre los ojos
como si viera una aparición, se queda unos nanosegundos en silencio con los
ojos espantados, y habla. Mete mil fotos o imágenes de cómo estaba esta mañana
Granada, Pontevedra, la playa de Valencia, o Cáceres. Se agacha o se levanta
ante el inmenso plasma para tocar Galicia o Tenerife, nos mira, se queda
inmóvil, nanosegundos, pero inmóvil, nos sigue mirando con ojos de espanto,
luego sigue, nos cuenta la historia de los criadores de rosas, y hasta nos
explica por qué siempre llueve en semana santa. La culpa la tiene la iglesia.
Fue la que eligió esa fecha. ¿Y del tiempo? Vean La 1.
Pues sí, este hombre del tiempo nos cuenta el tiempo y todo "lo demás", siempre con mucho interés y con mucho afán, más o menos, como si estuviera anunciándonos el próximo premio Nobel o el próximo fin del mundo; eso si, siempre con todo sus gestos y buen hacer.
ResponderEliminarEstás afinando mucho Cipriano, y eso es bueno para todos los que te leemos.
ResponderEliminarGracias, Cristóbal. Con lectores como tú da gusto escribir. Saludos
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