La
burla
Hay quien
asegura que son unos adelantados, y que el futuro irá por ahí. Hay quien dice
que el PP es un partido del futuro porque sabe usar la tecnología como hay que
usarla, en provecho propio. Sacar al presidente de Gobierno en un plasma
presidiendo una “rueda de prensa” es el futuro. Pues me meo en el futuro porque
el PP y sus ideólogos se mean sobre mí, sobre mi condición de ciudadano, sobre
el periodismo, que cada vez que asiste a estos simulacros y pantomimas se hace
cómplice de la barbarie. Mariano Rajoy
es, hoy por hoy, un destacado representante antisistema. Había unas normas, un
paso fronterizo inviolable, pero con su segunda comparecencia simulada y
diferida y esperpéntica, se ha cargado uno de los hilos que unían a los
ciudadanos con el poder, que se distancia y ampara sin dar explicaciones. Con
otras formas, el PSOE, igual.
Semejante
afrenta es inconcebible. Semejante burla, inasumible. No entiendo que los
periodistas aguanten la ominosa cita para convertirse en correveidiles. ¿Por
qué no se plantaron? ¿Por qué no dejaron solo al protagonista de la mascarada?
Quien quiera promocionar sus productos, que lo pague. Vivimos en una sociedad
de mercado. Llevémosla a sus últimas consecuencias. La democracia ha sido
vejada otra vez. Pero algo hay que reconocer. Mariano Rajoy se presenta a los
ciudadanos en espectral carne de plasma. Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, Rey de España, jefe del Estado, ni
eso. La institución que representa, la máxima de la Nación, se le viene encima
envuelta en chanchullos, con imputaciones directas de su prole, pero ahí no
habla ni dios, nadie explica nada, ni en carne real –vaya- ni catódica. Lo peor
es acostumbrarse a la burla.
Lo malo no es que los dirigentes nos tomen por imbéciles, lo peor es que nos acostumbremos. Véase aquí un momento de la última actuación estelar de Rajoy Plasmado. |
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