jueves, 30 de marzo de 2017

Maldeojos. La nube



La nube
(Artículo publicado el martes, 21 de marzo, en diarios de EPI PRESS)

     La nube, zona del ciberespacio que está por ahí pero nadie puede ver ni señalar, es una especie de trastero en el que terminan fotos, vídeos, esquemas, trabajos de arquitectura, y desde que La 1 estrenó El acabose de José Mota, los miércoles, también sabemos que la nube tiene un límite, que somos muy de mandarlo todo a la covacha de arriba. Y entonces pasa lo que pasa, que se puede colapsar de tal manera que nos caiga todo encima. Literal. Es el planteamiento del programa. Y con la lluvia de secretos, el caos. Todos peleados con todos. El plató como de apocalipsis, con chatarras y sobras tecnológicas, sirve para los monólogos del humorista, para recibir a los invitados y para dar paso a los gags de los vídeos en un ambiente a lo Mad Max. Puro José Mota, que siendo el de siempre se ha vuelto a renovar.

     En el primer programa el invitado fue David Bustamante, que se entregó. Lo destaco porque en el esquema del espacio, que basa parte de sus contenidos en ese invitado, es muy importante su implicación. Y justo ese aspecto es el que va a determinar que guste a unos espectadores y a otra parte de la audiencia la ahuyente porque no se sienta en el ajo. El ritmo es frenético, casi excesivo. Pero El acabose, que tiene una duración que apenas supera los 45 minutos, es un programa que encaja a la perfección en el concepto que uno tiene de televisión pública, esa que te considera alguien con criterio y al que se le da calidad y talento. José Mota vuelve a demostrar que es un gran humorista, un tipo que se ha rodeado de un equipo que funciona como un engranaje y donde todo parece fluir hasta que llega a tu pantalla. La 1 a veces está en las nubes, pero esta nube mola.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Maldeojos. Un consejo, mejor con el dedo



Un consejo, mejor con el dedo
(Artículo publicado el domingo, 19 de marzo, en diarios de EPI PRESS)

      Está muy bien echar mano de las bolitas chinas, de los consoladores, de todo juguete sexual que haya en el mercado y sirva para estimularnos, para espabilar las relaciones de pareja, pero ojo, no olvidemos nuestras propias manos, nuestros deditos, que el roce de la piel con la piel no tiene sustituto para la búsqueda del placer. Es el consejo, el “tip” que ese día dio Lorena Berdún como colaboradora de Tips, el magacín que La 2 emite a diario –de lunes a viernes, de 8 a 9 de la noche- y que me cautivó desde que empezó su andadura. Lleva en antena, aunque no lo parezca, aunque la audiencia sea casi testimonial pues apenas alcanza el dígito, es decir, ni un uno por ciento, es decir, menos de 100.000 espectadores, desde mediados de setiembre del año pasado. Con Tips he pasado el invierno frente a la chimenea a esa hora de la tarde que se pone noche en cuanto te descuidas. Dirigido desde Barcelona por Laura Folguera nos habla de tecnología, arquitectura, moda, música, cocina, bienestar, sexo, redes sociales, y un sinfín de cositas en forma casi de píldoras que lo hacen ameno, divertido, interesante, eléctrico. Por el plató abierto, como una nave con diferentes ambientes, pasa el equipo de colaboradores como un ejército que alguien maneja por el pinganillo a la voz de ya. Repito el dato, en antena desde el 19 de setiembre del pasado año. Sí, tanto tiempo lleva ahí. ¿Lo conoce? Pues ya es hora de que lo haga. He dicho magacín, y también le digo, y le prometo sobre las tablas de la ley de la buena televisión, que no encontrará ni una referencia a Diana Quer, la chica desaparecida que ocupa horas y horas y horas de tele, incluyendo la pública, ni verá a un intenso y ensimismado Nacho Abad hablando de Marta del Castillo con su padre mientras un rótulo parpadeante de feria y atracción de circo dice ¡exclusiva!, ¡exclusiva!, ¡exclusiva!  Nada. Tips es un magacín que demuestra que el género no sólo adecenta el género sino a la audiencia que lo sigue.

El dedo de Descartes
     Parte importante, importantísima de Tips son sus presentadores. Está Ruth Jiménez, a la que recuerdo azorada, fuera de lugar y pillada en el callejón sin salida de las situaciones que se nos escapan, en una de las ediciones del FesTVal, en Vitoria. Subió al escenario a entregar un premio, pero de repente, como una fanfarria de amigotes disfrazados y un poco beodos de rancia caballerosidad, irrumpió la tuna para cantarle el amor que Risto Mejide, su pareja por entonces, sentía por la periodista. Yo, que no era ella, casi muero. Así que es fácil imaginar lo que sintió la “amada”. Estos excesos forman parte del ego del publicista, que está consiguiendo con Chester in love, en Cuatro, darle una vuelta al cuello manido de la entrevista. Pero volvamos a Ruth. La cara de sorpresa de aquella noche habla de la mujer sensata, de la periodista preparada, de la profesional que está delante de una cámara pero no ejerce de protagonista dejando claro, por su actitud, por su forma de presentar, de moverse por el plató, que es sólo el vehículo necesario para que aquello funcione. Es la cordura y la regla en Tips. El otro presentador es la otra cara del engranaje, es Txabi Franquesa, que pone la parte chispeante, locuela, el que deja el guión un momento y suelta la parida, la ocurrencia, la pildorita que hace saltar la chispa. Me encanta el dúo. Funciona muy bien. Ortodoxia y gamberreo, sin pasarse ni una cosa ni la otra. Viendo Tips me pregunto, pero de verdad, me lo pregunto de verdad, cómo este tipo de productos no se emiten en hora de máxima audiencia, me pregunto cómo es posible que haya asuntos tan interesantes que jamás se tratan en televisión y se apuesta por otros, de una banalidad insultante, que se remueven y remueven con la insistencia del cerdito que se baña en el fango. La curiosidad es el motor de Tips. Para los que lo hacen y para los que lo vemos. El otro día, hablando de reliquias científicas, me enteré de que, igual que hay prepucios y brazos incorruptos de santos religiosos, se conserva el dedo incorrupto del físico francés René Descartes, dedo de cuya acción salió el “cogito ergo sum”, y alguien que escribe “pienso, luego existo”, ha de tener un lugar en las hornacinas laicas. Lo cuenta el matemático Eduardo Sáenz de Cabezón, colaborador de Tips. Pues como él, el resto de la tropa con su cargamento de interesantes apuntes, de “tips”, de consejos, incluyendo el de Sergio Fernández en la cocina.

El ombligo
     No me resisto, llegados a este punto, en convertirme yo mismo en dador de consejos. ¿Dador? Suena más raro que Esperanza Aguirre reconociendo que el PP de Madrid se financió de forma ilegal. Cosa lógica. Ella, mientras otros mangoneaban, construía hospitales. Tampoco sabe nada de acoso a periodistas, y eso que manejaba TeleMadrid con mano de acero cuando era presidenta –Germán Yanke, entre otros, fue expulsado por hacer preguntas inadecuadas, dijo el otro día Ignacio Escolar en Al rojo vivo-. Espe es la Juana de Arco de la libertad de expresión, si no le afecta a ella. Da tanto asco. ¿Qué historias gordas, como un sexo de gorila joven, se tratan de ocultar para que la APM, que preside Victoria Prego, a la que escuché en Los desayunos de La 1, diga que garantiza la denuncia de periodistas a Podemos porque lo dice ella, música y jaleo mediático que suena a carnaza para alimentar la hoguera y que el espectador mire el humo pero se olvide del fuego? No me fío ni un pelo de Podemos, pero ver a Rafael Hernando, el vocero del PP, defender el trabajo del periodista frente al acoso de un partido, “que tiene rasgos totalitarios”, el mismo Hernando que hacía culpable a la prensa de la muerte de Rita Barberá, es como para arrancarme los ojos. ¿Arrancarme los ojos? Pues quizá no sea tan mala idea. Así no verás los gestos histriónicos de Bisbal o Rosarillo como jurados de la cosa de los nenes que cantan. Ah, y mi consejo a Tips. En Barcelona hay gente que hace música, moda, o arquitectura, de primer nivel. ¿Y si os dais un garbeo por el resto del país –Andalucía, Valencia, Baleares, Murcia, Galicia…? Quizá os llevéis una sorpresa. Es que canta mucho, colegas, el ombligo catalán. De nada.

La guinda
El acabose
Como diría José Mota, con el acierto y la gracia que le caracteriza, hablar de José Luis Moreno, uh, uh, uh, es El acabose –miércoles, más de dos millones de espectadores, La 1-. Decir Moreno es decir chanchullos, líos, impagos –a Hacienda, o sea, a todos, más de tres millones de euros-. El último, por si le faltara algo a Reinas, serie que firmó y fue todo un fiasco en la tele publica, a 40 trabajadores les debe su salario. Otro pufo.

lunes, 27 de marzo de 2017

Maldeojos. Tu cuñao



Tu cuñao
(Artículo publicado el sábado, 18 de marzo, en diarios de EPI PRESS)

     Seguro que a mucha gente le resulta raro, incluso reprobable, que alguien como Iñaki Gabilondo, un tótem del periodismo cabal, un referente de la credibilidad en el análisis de la actualidad, se meta en jardines que no son de su competencia sino que tienen que ver con el entretenimiento más ligero. A otra mucha gente, entre la que me incluyo, les parecerá que Iñaki, incluso en ese registro, lo hace como el maestro que es y sin caer en el ridículo. Aclaro y sitúo al lector. Gabilondo hace un programa en Cero, Cuando ya no esté. El mundo dentro de 25 años, que es una rareza de calidad, interés y curiosidad en donde va planteando a expertos, de economistas a sociólogos, de astrónomos a biólogos, que se aventuren a reflexionar sobre lo que será el futuro en esa y otras materias. Es un programa adictivo y fascinante hecho con la mejor materia prima, el talento.

     Ya lo dijo en el FesTVal de Vitoria Jon Sistiaga cuando le entregó a Iñaki el pasado año el Joan Ramón Mainat. No sólo hace el mejor periodismo ahora sino que el tío va y hace el mejor periodismo del futuro. Pues en Likes, programa de Raquel Sánchez Silva en la misma cadena, Iñaki hizo una parodia brillante de su propio programa hablando con una figura de uso corriente, Tu cuñao, interesándose por cuestiones de primer nivel como “ese corpus doctrinal de su pensamiento, donde maneja con frecuencia una idea, la idea de ‘eso es como todo’”, o si algún día sabremos “el punto exacto donde nos pica la espalda porque entiendo que aún estamos lejos de saberlo”, pero sobre todo hay algo que me interesa, dice Iñaki, “¿habría manera de saber cómo se distingue un melón malo de uno bueno?”. Grande, Iñaki, grande.

jueves, 23 de marzo de 2017

Maldeojos. El bien pagao



El bien pagao
(Artículo publicado el jueves, 16 de marzo, en diarios de EPI PRESS)

     Con un cinismo a prueba de búnker, José Antonio Sánchez, el jefe de RTVE, volvió a dar muestras de que su salud de guardián del PP y del Gobierno está que se sale y, por tanto, dispuesto a seguir. El descojonado sirviente en modo “full time” actuó como una prima donna en la Comisión Mixta Congreso-Senado para dar unas putas explicaciones sobre cosas tan tontas como la independencia del medio público, sobre ese bulo de la redacción paralela en TVE, y sobre esa manía que le ha dado a unos cuantos periodistas –2.225 en concreto, que llevaron el mes pasado sus firmas al Congreso reclamando imparcialidad y algo de pluralidad, por lo que valga, si es posible-. ¿Qué dijo ante sus acogotadas señorías el tal Sánchez, el señor del cortijo? Que ná de ná.

     Que no va a tomar medidas contra la independencia porque no es necesario, que esa cosa está garantizada, y que eso de las purgas le sonaba a la época de Stalin y por ahí, pero aquí no, por dios, y si existieran “y esta Cámara no hiciera nada, sería aterrador”. Con un par de cojones. O sea, que si hubiera purgas y manipulación y falta de libertad e independencia y esas monsergas que ve el Consejo de Informativos y sufrimos la audiencia, la culpa no es de este menda sino de los políticos. Y parte de razón no le falta porque los partidos de la oposición, desde PSOE a Podemos, lo consienten. Harto ya de tanta preguntita, el jefazo, creyendo que el micrófono estaba cerrado, preguntó al de al lado cuándo coño terminaba aquello. Hay que seguir, le dijo. Menos mal que estoy bien pagado -197.125 euros año nos cuesta su servilismo-, fue la respuesta del presidente de RTVE, quizá rascándose los huevos y tapándose la boca para no soltar la carcajada.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Maldeojos. ¿En Zapeando?



¿En Zapeando?
(Artículo publicado el martes, 14 de marzo, en diarios de EPI PRESS)

     Que no, que no pega. Vale que a mí este señor me retuerza las tripas, vale que no sólo no me hagan gracia sus supuestas gracias sino que me producen una sensación de pena y patetismo tan intenso que jamás he conseguido relajarme cuando asoma su estrafalaria estampa por la pantalla, vale que Mario Vaquerizo esté a años luz de lo que para uno es el entretenimiento, pero algo parece ajeno a lo personal y los prejuicios, y ese algo, rotundo y estruendoso es la presencia de este tipo en Zapeando. Ni él mismo se ve feliz, relajado, por más caras que ponga y por más risitas que suelte torciendo su boca, pura máscara, pose, montaje, pura falsedad. Lo llevan una vez a la semana para que suelte las paridas que salgan por su cabeza sin pensarlas demasiado, lo primero que se le venga al coco, a ese cerebro obligado a servir al personaje de tonto lacio inculto con base real.

     La presencia en Zapeando de este mastuerzo es una ofensa, una agresión a los fieles del programa de La Sexta, que se ha hecho un hueco merecido por su fina o basta ironía, según convenga, por sus guiones punzantes, frescos, por la altura de sus colaboradores, por su rapidez de reflejos. ¿Qué pinta este señor en  mitad de ese plantel talentoso, si lo único que ofrece además de repetir sus cucamonas, sus chocarreras banalidades, es eso, una exhibición de su idiotez? Idiotez, eso sí, que cayó en gracia al principio, cuando el hombre parecía ramplón y simple porque sí, porque el mundo lo hizo así, pero ahora, es él mismo el que se parodia, el que se imita, el que banaliza la falta de conocimientos. Al final, las cadenas  apuestan por esas majaderías de fácil lectura. No hay que prepararse. Todo vale. Sólo hay que caer en gracia. Pero Vaquerizo hace tiempo que la perdió.