Adán
y Eva
(Artículo publicado el domingo, 8 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Aún no se ha emitido y ya estoy que me
subo por las paredes. Es más, aún no se ha grabado y ya me salen espumarajos
por la boca. No puedo con estas cosas. Hablo del posible concurso que prepara
Cuatro sin salirse un milímetro de la línea de Cuatro, es decir, de Mediaset,
es decir, de la cabeza de Paolo Vasile.
El programa, una especie de Supervivientes
pero con comida y bebida, se llamará Adán
y Eva, adaptación del mismo formato de la cadena holandesa RTLXL, sí, sí,
por lo visto hay cadenas de televisión en el mundo que se llaman así. En
Holanda se emite como Adam looking for
Eve, es decir, chico busca chica, pero en una isla tropical, seguro que no
tan idílica como la pintan porque será la isla que todas las productoras
alquilan en el Caribe, de forma que será un asco andar por allí porque en
cuanto te descuides, a poco que escarbes en la arena, te puedes topar con un
mojón de Amador Mohedano o, que el
señor nos coja comidos, de Aran Aznar,
la señora de cara plastificada –el
viernes de la semana pasada di un salto, y no es exageración, cuando el
realizador de Sálvame de Luxe pinchó
un plano antes de la publicidad con el cebo de esta señora mirando a cámara,
joder, eso no se hace, se me pusieron los pelos mirando a la Meca-. Esas islas
caribeñas donde graban programas de este jaez son un supermercado de la
cochinería. Es como los himba de Namibia, que un día sí vivían de verdad a
espaldas de todo, pero sólo hasta que llegó el turismo, y la tele los convirtió
en protagonistas de programas como Perdidos
en la tribu, que también vimos en Cuatro. Desde entonces sí van en
taparrabos, las mujeres sí siguen protegiendo su piel de las quemaduras del sol
con una mezcla de manteca animal y tierra roja, y siguen adornándose con abalorios
pintureros, pero ya saben actuar ante las cámaras, y de ser un pueblo al margen
del mundo, ahora celebran la llegada de estos equipos porque saben lo que
tienen que hacer, y así lo hacen.
El
potorro no
La
novedad de Adán y Eva, volviendo al
principio, es que será uno más de convivencia pero en bolas. Es decir, una vez
que le has visto el potorro al personal, se acabó el interés. Pero enseguida
salta Manuel Villanueva, el de contenidos
de Mediaset, diciendo que nadie se alarme, que sí, que los buscadores de pareja
irán en bolas –hay un teléfono en Cuatro para presentarse a la selección-, pero
no habrá planos explícitos de desnudos. O sea, “que se va a tratar con mucho
mimo”, es decir, ponen en cueros a los concursantes pero no les veremos la
manguera. ¿Y entonces qué aliciente tiene esa mierda de programa, señor
Villanueva? No me venga con cuentos. Tiran la piedra del morbo y luego retiran
la mano como monjitas pudendas. No me cabe en la cabeza tanto cinismo. Ver el
culo sí. Ver la flor no. Por eso digo que me como los dedos de la rabia. Y aún
es sólo un proyecto. Igual me pasa al enterarme de lo que ya es algo más que un
proyecto porque quizá pronto lo veamos en emisión. Y sin salir de Telecinco. Saber
que la cosa la presenta Emma García,
la señora de las mujeres y hombres y lo que sea que sacan allí, no es buena
señal. Que se llame Ex, ¿qué harías por
tus hijos?, tampoco. Y que tenga a diez parejas en una convivencia, parejas
que ya son ex, claro, luchando por conseguir 100.000 euros para “el futuro de sus
hijos”, peor aún. Por si faltara algo en este urticante espacio habrá plató y
habrá público y habrá familiares, y amigos, o las parejas actuales, para
defender y comentar las actuaciones de sus “seres queridos”. ¿Irán en bolas,
señor Villanueva, incluida Emma García, en un frenesí de adanes y evas? Estos
pazguatos que provocan al público de una determinada moralidad pero enseguida
se arrogan el papel de protegerlo para “no herir sensibilidades” son lo peor.
San
Pablo Iglesias
Pero si hasta Verónica Sánchez, aquella chiquilla modosita de Los Serrano, se arrancó esta semana la
camiseta, le metió un dedo en la boca al maduro pibito Miguel Ángel Muñoz, que sin pensarlo dos líneas de guión se arrancó
la suya, y los dos enseñaron las tetas y sus cosas como los reyes del mambo
retozando sobre la camilla de la clínica que regenta el bigardo en Sin identidad. Se hicieron un Adán y Eva
a medio gas, porque eso de dejarse el vaquero puesto es un incordio, pero oiga,
Sin identidad no es una serie X. Por
cierto, de seguir con la canonización de Pablo
Iglesias sólo les queda mostrarlo de perfil, de espaldas y por delante,
pero con el grifo al aire, sin hoja de parra ni cristo que te fundó, que el
hombre es ateo y no cree más que en Carlitos
Marx. Lo digo porque a Jesús Cintora,
Las mañanas de Cuatro, que le pisa
los talones al carlanco Antonio García
Ferreras, sólo le queda pedirle la mano para subir la audiencia. Esta
semana ha dado un paso más en la subida al altar invitando al mozo
revolucionario y al papá del coletas, que entró en directo para contarnos
ternuras de cuando el demonio sólo era un diablillo. Javier Iglesias le pidió a su hijo, al héroe, un nieto, coño,
Pablo, a ver cuándo te haces un Adán y Eva con Tania Sánchez, la de IU, que se os va a pegar el arroz. No lo dijo
así, pero mi cabeza se pone a hervir en cuanto subimos el nivel intelectual.
Quiso saber para cuándo un nieto, sin más, a lo que el bicho izquierdoso
contestó que aún falta mucho, que no está preparado. ¿Va Las mañanas de Cuatro a un Sálvame
político? Va. Completaron la hagiografía catódica acompañando al nuevo guía
espiritual en su primer viaje, en exclusiva, a Bruselas, y lo vimos subir a un
avión low cost, viajar en coche de colega, y buscar piso para alquilar en zona
sin glamur. Revolucionario, que eres un revolucionario. ¿Cuánto te va a durar,
es sólo una pose?, quiso saber Cintora, que babea con la nueva Belén Esteban rompe audiencias. Y el
oráculo habló. No me juzguen por lo que digo sino por lo que hago. Canalla,
ladrón, así se habla. Venga, déjate de monsergas y vamos al grano. Bájate el
calzón, Adán, melenas, ensáñanos tu alma, que somos tus evas.
La
guinda
Soberbio Cuéntame
En
esta temporada hubo capítulos que parecían esquivar la realidad política de los
años en los que sucedía la acción, pero Cuéntame,
que el jueves despidió su 15 temporada, sigue con una vitalidad asombrosa. El
último capítulo, con el viaje de los Alcántara a Tánger en busca de Toni, fue,
sin más, soberbio. Soberbios Imanol
Arias y Ana Duato, que manejan
sus personajes como un guante de látex. Gran equipo. Enhorabuena.
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