A
escena
(Artículo publicado el jueves, 19 de junio, en diarios de EPI PRESS)
La semana
pasada, y a tope en esta, veíamos en los informativos cómo la tribuna del
Congreso se desmantelaba. En apenas unas horas la icónica imagen del atril
donde sus señorías se dirigen a la Cámara y el resto del frontal fueron
descabezados por un puñado de operarios que iban y venían arrancando escaños en
el Hemiciclo y allanando como un escenario la plataforma desde la que hoy será
proclamado Felipe de Borbón como el
rey Felipe VI. La señal que veremos
del solemne acto la ofrece el propio Congreso a través de Telefónica, que tiene
el acuerdo en exclusiva y que se cederá, gratis, a todo el mundo. Pero el
recorrido en coche hasta el palacio real de los nuevos monarcas por las calles
de Madrid será cosa de TVE. Es un día histórico, y todos los medios se encargan
de recordarlo.
El capitán de
navío Mariano Rajoy está muy atareado
barriendo la casa a su favor, y ha corrido a emparejar estos días de
abdicaciones y proclamaciones con el triunfo de la marca España, que va como la
seda, vamos, que somos la envidia del planeta. En paralelo, haciendo un hueco
en el tema Corona, las teles llevan a sus platós a los aspirantes a presidir el
PSOE, y resultan conmovedores tratando de estar aquí y allí, echándose un baile
con la monarquía y la república, y por eso lo que ahora mola es ser
constitucionalista. Se lo escucho a Madina,
a Sánchez y a Sotillos, quizá con músicas distintas, pero con la misma letra. Y
por último, si yo fuera Letizia Ortiz,
hoy estaría atacá. ¿Voy de guay o de británica
distante, de Felipe Varela o con
jeans y lo peto? En este teatro no se improvisa. Todos conocen su papel.
Comienza el espectáculo.
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