Paco,
en la tele
(Artículo publicado el martes, 17 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Es la primera
vez que un papa concede una entrevista, eso de ponerte frente a un periodista
y, sin mucha cocina, responder a lo que se le pregunta, a una televisión
española. El papa Francisco lo ha
hecho en Cuatro, aunque más que a Cuatro se la dio a Henrique Cymerman. Verán. Antes, la mayoría de periodistas, al
preguntarles por su personaje favorito para hacerle una entrevista, respondían
que el papa, es decir, algo inalcanzable, un tipo que se comunica urbi et orbe
desde lo alto del balcón pero que nadie ose hurgar entre sus sayones, que el
papa no desciende tan bajo como para dar cuenta de asuntos terrenales, que son
los que interesan a los pecadores. La entrevista al papa era como la entrevista
soñada al rey, hasta que llegó Jesús
Hermida y la cagó.
Detrás de la
entrevista que Cuatro emitió el domingo hay mucho tomate. Cymerman es judío, corresponsal de algunos
medios españoles, y gracias a él el jefe católico viajó hace poco a Tierra
Santa y luego, en el Vaticano, abrazó a Simon
Peres y a Mahmud Abas. Alta
política. Creo que la entrevista papal es el pago al buen hacer del periodista.
Lo que me extraña es que no se haya emitido en Antena 3, donde Cymerman era
-¿aún es?- corresponsal en Oriente Medio. Ya digo, alta política. ¿Fue la
entrevista al papa la entrevista que uno imaginaba que podría hacerse a un
papa? Ni de lejos. Cymerman fue al argentino lo que Hermida al rey. Sólo le
faltó decir, en vez de papa Francisco, papa Francisco, papa Francisco, para
iniciar la pregunta, majestad, majestad, y doblar la cabeza. El papa no tuvo la
culpa. Respondió a lo preguntado.
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