El
mensaje
(Artículo publicado el jueves, 5 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Resultaba raro
ver en la pantalla la estética y realización del Mensaje de Navidad el día 2 de
junio, aunque no había que esforzarse para ver que el actor era el mismo.
Siempre que ves algo así, con ese envaramiento institucional de banderas tersas
e inanes, sin la alegría del trapo ondeando al aire, y ves a alguien sentado
detrás de una mesa con cosas colocadas a conciencia pero sin más función que el
casposo adorno, una carpeta para denotar que contiene informes de vital
importancia, un obsoleto pisapapeles soltado al albur en una esquina, algo
parecido a una agenda forrada en piel, y las consabidas fotos de la familia
aunque en el caso que nos ocupa elegidas con toda la intención, sabes que algo
gordo se nos viene encima. Coño, nada menos que un Borbón a la hora del vermú. Pero a grandes alegrías, grandes
recortes. A Borbón abdicado, Borbón coronado.
Pero mi sesudo
análisis se detiene hoy en lo nimio, en lo que ningún político, ni del Gobierno
ni de la oposición, va a preguntar. ¿Quién es el realizador del Mensaje de
Navidad de Abdicación del Rey? Parece que hay que arrancar con un plano general,
general pero sin salirse del tope de las banderas ni del pico de la mesa, luego
pasar a un plano medio, y alto ahí, se acabaron los alardes. No hay primeros
planos, no hay planos detalle, no hay nada que añada, matice, o potencie el
mensaje, es una realización plana y pobre, simple como una foto en la que vemos
que el protagonista pestañea y mueve un poco las manos. La del lunes será la
misma que la de la Navidad de este año. La novedad está en ver si el nuevo
actor lee mejor o peor el Mensaje de Nochebuena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario